Hace unos días volvió a saltar a la escena de la información católica una noticia que periódicamente aparece: el Papa va a tener una cuenta twitter. Hay quien está a favor y quien está en contra, pero rara vez se escuchan razones contrastadas sobre el tema.
Indudablemente, el Papa no necesita una cuenta twitter para utilizarla como la mayoría de las personas. Es decir, para hablar de banalidades y cuestiones de actualidad mediática. Tampoco la necesita para utilizarla como una superestrella del momento. Justin Bieber utiliza la cuenta twitter para tener pendientes de él al ejército de seguidores que tienen. Tampoco la necesita para utilizarla como una marca comercial o empresa, ya que el Papa no necesita vender y tener "concienciados" a los consumidores potenciales.
Entonces, para qué necesita el Papa un cuenta twitter. Lo primero sería decir que la cuenta no sería una cuenta personal, sino institucional. Tendría que contar con varios gestores preparados para capear temporales y actuar de forma positiva en la inmensa red social que se crearía.
La razón para que el Papa tenga una cuenta twitter es la misma por la que se han creado Radio Vaticano o el Centro Televisivo Vaticano o por la que el Papa sale cada miércoles pronuncia unas breves catequesis a quienes le desean escuchar. Se trata de que la Iglesia utilice los recursos a su alcance para difundir la voz del Papa.
La reprercusión de una simple frase del Papa puede ser 1000 veces superior a la de cualquier obispo, por lo que hay que saber qué se va a twitterar y cómo se va a realizar la gestión del tweet. ¿Gestión del tweet?
Claro. No es igual tener una cuenta con una tasa de respuestas de 1 sobre 200, que una que genere 200 respuestas por cada tweet. Las gestión de las cuentas normales son humanamente abarcables, pero la del Santo Padre, requeriría algo más.
Una de las objeciones que he leído provienen de algo evidente: el Papa no será quien gestione directamente la cuenta ni tampoco interaccionará. Cierto, pero que el Papa tenga un canal directo en twitter nos permitiría disponer de información que distribuir rápidamente por la red, además de propiciar el diálogo a partir de lo que se twittee. La cuenta del Papa sería una fuente de información sobre sus discursos, homilías y actividades. Los enlaces anexos podrían llevarnos hacia lugares donde poder recabar más información.
La pregunta ¿Esto se puede hacer desde una cuenta institucional del Vaticano? Claro, pero el impacto sería menor. No es lo mismo que comunique el Papa que el entorno institucional. La voz del Papa tiene un valor añadido que nadie le puede restar.
Lo que queda claro es que es necesario que detrás de la cuenta de Benedicto XVI haya al menos dos personas con profundos conocimientos de gestión de contenidos y comunidades. Toda oportunidad comunicativa conlleva riesgos y estos riesgos se minimizan cuando son gestionados por profesionales.
Resumiendo, una cuenta twitter de Benedicto XVI es una oportunidad magnífica, pero no está exenta de riesgos.
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