¡ya tenemos al Papa en Twitter!

Siguiendo una noticia publicada por el Vatican Insider del diario La Stampa de Turín, podemos anunciar que el Santo Padre realizará un envío diario de un mensaje Twitter durante la cuaresma, los Ángelus y otras ocasiones especiales. El primer tweet lo ha lanzado a través de la cuenta de @pope2you

Cito textualmente la noticia, que proviene de una entrevista en exclusiva a Mons Carlo María Celli:

El tweet del miércoles de ceniza dice: «Hermanos y hermanas, la Cuaresma nos ofrece una vez más la oportunidad para reflexionar sobre el corazón de la vida cristiana: la caridad».

Cuando Su Santidad se abra la cuenta oficial en Twitter, «no será el Papa el que hará click ni nada parecido», explica a Vatican Insider el secretario del Pontificio Consejo, mosneñor Paul Tighe. Sin embargo, añade, «esperamos que sea él quien apruebe personalmente los contenidos».

 El motivo de esta iniciativa, según monseñor Celli, es la enorme «resonancia» que puede tener un mensaje de Twitter entre los jóvenes: El tweet puede ser replanteado, redistribuido, citado, sembrado». Un poco como la imagen evangélica de la semilla de mostaza que, «esparcida en el terreno, produce arbustos en los que los pájaros del cielo pueden reposar».

«Así pues –resume Celli–, nuestro deseo era este: hacer que, usando las nuevas tecnologías, el Mensaje del Papa para la Cuaresma pueda resonar ampliamente, pueda llegar al corazón de los jóvenes y fructificar en sus corazones. Esta será una experiencia que yo considero, desde ahora, positiva».

 Celli también subraya la disponibilidad de entrar a las nuevas formas de comunicación: «Cuando propusimos al Papa que abriera un canal vaticano en YouTube, aceptó inmediatamente... Un Papa que a primera vista no parece mediático como era su predecesor y Beato, Juan Pablo II, es más, un Papa reservado, que entendió inmediatamente que la comunicación de hoy mediante las nuevas tecnologías puede tener una enorme resonancia».

La idea de abrir una cuenta en Twitter para el Papa nació de un acuerdo entre el Pontificio Consejo para las Comunicaciones y la Secretaría de Estado. «Permitirá que los Ángelus del Papa y algunos de sus discursos puedan resonar vía tweet. Por ello abriremos –explicó Celli– un canal del Santo Padre entre los twitteros».

El Papa “twiteará” solo en ocasión de los Ángelus dominicales y también en algunas ocasiones en las que intervenga sobre un país determinado, como por ejemplo las peticiones de colaboración en el caso de una catástrofe natural, o para las grandes fiestas cristianas, como Navidad o la Semana Santa.

La esperanza de Celli es que, mediante los “tweets”, «estas palabras puedan llegar al corazón de muchas personas, que normalmente se encuentran lejos, y que tal vez no leerían nunca un discurso del Papa».

 Nada que objetar a la difusión de los mensajes del Papa por medio de Twitter. Esto nos ayudará a dispersar la semilla entre nuestros amigos interconectados y que llegue a personas que de otra forma no llevaría. En esto Mons Carlo María Celli tiene toda la razón.

Si me permiten una leve crítica, la haría evidenciando que a la Iglesia le cuesta entender del todo la red. La red no es un lugar para jóvenes únicamente, es un lugar para todas las edades. Decir que los mensajes tienen el objetivo de llegar a los jóvenes crea una cierta distorsión de la realidad. En la red no tenemos edad, somos todos nativos digitales en igualdad.

Está bien plantar la semilla en la juventud, pero hay que pensar que cuando la semilla crece hay que cuidarla incluso con más atención. Parece que los adultos no necesitamos de apoyo pastoral o se nos da por perdidos de antemano, lo que es un error terrible. Si al dejar de ser futuro, nos convertimos en pasado ¿Quien conforma la Iglesia si no ha presente?

Hay que tener presente que no hay mejor ejemplo para un niño o joven, que sus padres. Si a los padres de los jóvenes no se les acompaña y se les abre un camino de participación activa en las comunidades, los niños y jóvenes no tendrán el modelo a seguir según crezcan.

De todas formas, a las personas adultas nos llegarán los los tweets de Su Santidad y los retwitearemos con tantas ganas como un joven. Darle al botón de "retwittear" no tiene edad.

¡Ya tenemos al Papa en Twitter!

Ese no es mi problema ¿Cuanta veces hemos oído/dicho esta frase?

Video desaparecido

Las personas que conformamos la Iglesia tenemos los mismo defectos que cualquier otra persona. Uno de los problemas más difícil solución es la desafección que conlleva toda estructura rígida. Crear estructuras rígidas tiende a delimitan las responsabilidades de tal forma que nadie se siente responsable de nada. 

En el video que comparto se puede ver como los trabajadores, mandos intermedios y directivos de una empresa viven para su micro-espacio de responsabilidad, desdeñando todo lo que no está claramente definido como su responsabilidad. ¿Por qué nadie llama a los bomberos ante un incendio? Porque el incendio no esta delimitado como responsabilidad de nadie en concreto. Parece que todos asumen que la empresa se queme, no es responsabilidad de nadie.

Por desgracia en la Iglesia tendemos asumir también micro-responsabilidades excluyentes y así no se puede funcionar. Un ejemplo ¿Evangelizar? Los feligreses decimos: que lo haga el párroco. El párroco, saturado con el trabajo de la parroquia, echa el problema al vicario del obispo. El vicario al Obispo tiene tantas cosas que coordinar que pasa la responsabilidad al Obispo. El Obispo se ve incapaz y lleva el asunto a la conferencia episcopal. La conferencia episcopal al Consejo Pontificio correspondiente y el Consejo Pontificio al Papa. Cuando el Papa mueve ficha, la responsabilidad desciende y se divide hasta el punto que nadie se siente responsable de hacer nada por su cuenta. Acabamos igual que antes, pero con la conciencia más tranquila. Vaya desastre.

En la red esta lógica de las micro-responsabilidades y el estructuralismo, son muy difícilmente exportables. Aquí en la red se vive una realidad diferente que es mucho más directa e ilusionante. Aquí no existe estructura, lo que permite que quien desee tomar una responsabilidad personal, la tome y la lleve adelante. Quienes quieran unirse a él, se unen y conforman un grupo que colabora en el proyecto. En al red tenemos una visión más clara de la universalidad de la Iglesia y de la corresponsabilidad que todos portamos.

Me pregunto hasta qué punto podemos llevar esta experiencia a la vida real. Tengo esperanzas de la experiencia cristiana en la red, termine por influir de forma decisiva en la vida cotidiana de la Iglesia. Dios lo quiera.

Comunicar la Fe en la Red

La red nos da muchas posibilidades de comunicar la Fe, pero es necesario tener en cuenta algunas cuestiones:

  1. Mejor ser breve y claro.
  2. ¿Es necesario profundizar? Dar referencias o dejar la profundización para una nueva sesión.
  3. Mejor multimedia que únicamente letras. El canal de comunicación en la red es un estrecho, pero podemos utilizar de forma simultánea sonido, animaciones y textos para utilizar el “ancho de banda” comunicativo al máximo
  4. Utilizar “estridencias” para llamar la atención, no para comunicar.
  5. Crear lazos afectivos. La comunicación aumenta cuando tenemos delante a alguien que estimamos.
  6. Humildad, reconocer los propios límites. Si no sabemos algo o la razón que lleva a ese algo, lo mejor es reconocerlo.
  7. Cuidar el lenguaje que utilizamos. Las comunicación mejora cuando utilizamos el lenguaje de quien nos escucha para hacernos comprender
  8. Detectar los prejuicios y dedicar tiempo a desmontarlos. Los prejuicios son murallas infranqueables para la comunicación.
  9. Constancia. En la red toda realidad es efímera, por lo que tenemos que ser especialmente constante y no esperar nunca resultado instantáneos.
  10. Respetar las opiniones ajenas. Un diálogo respetuoso siempre es constructivo. De esta forma ganaremos en credibilidad y empatía.
Espero que este breve decálogo pueda serle útil

Evangelizando en Second Life


Ayer tuve un encuentro de esos que permiten reflexionar sobre el plan de Dios y como es más fuerte que la voluntad del ser humano. Dios sabe tejer terciopelo con briznas de paja.

Les pongo en situación. De vez en cuando suelo visitar un universo virtual llamado Second Life. Allí se vive realmente una segunda vida, ya que posees un cuerpo creado por ti mismo, puedes crear casas, edificios, paisajes y miles de sorprendentes ingenios virtuales. No diré que sea un lugar idílico, porque no lo es. Se pueden imaginar para cuantas cosas puede servir una segunda vida en la que aparentamos no ser nosotros mismos. Por lo tanto no les extrañará que les diga que en este tipo de lugares andan muchas personas desorientadas a las que podemos ayudar.

Hace tiempo alquilé un trocito de Second Life, construí una pequeña capilla y cree un grupo asociado llamado e-Catolicos. Para los que les interese visitar la capilla su dirección es: Qoheleth (55, 83, 24).


Lo cierto que el grupo tuvo un éxito más bien mediocre. Somos tres personas, contando conmigo. Una de ellas nunca se puso en contacto conmigo. Pero la cantidad no es sólo una apariencia que a veces nos confunde. Con el otro integrante ha hablado alguna vez y ayer, charlando virtualmente conmigo, me contó más que sentirse católico, se siente agnóstico. ¿Qué hace un agnóstico en un grupo católico? Evidente, buscar respuestas.

No podemos preveer el momento en que el Señor puede utilizarnos como herramienta y hemos de estar preparados para ello. El Señor necesita herramientas capaces y eso nos lleva a plantearnos las dudas que seguramente otras personas nos planteen en cualquier momento.

Una de las preguntas que mi compañero de grupo de Second Life me planteó fue ¿Qué es la Voluntad de Dios? ¿Cómo saber qué voz escuchar? Hay tantas y todas parecen válidas. Esa pregunta nos la hacemos todos. San Hilario de Poitiers no es una excepción. En el texto que comparto, San Hilario de Poitiers ora a Dios desde sus propias dudas e ignorancias y comparte con nosotros aquello que obtiene de la oración:

Si vuelvo mi espíritu hacia la tierra que, por el dinamismo de unas fuerzas escondidas, descompone todas las semillas que antes ha acogido en su seno, las hace germinar lentamente y las multiplica, después las hace crecer, no encuentro allí nada que pueda comprender con mi inteligencia; pero esta misma ignorancia me ayuda a discernirte, a ti, puesto que, si soy incapaz de comprender la naturaleza que ha sido puesta a mi servicio, sin embargo te encuentro a través de este mismo hecho de que ella está allí, para mi uso.(San Hilario de Poitiers. La Trinidad 12, 52-53)

En nuestra inmensa ignorancia ¿Dónde encontrar un lugar donde apoyarnos con firmeza? ¿Dónde encontrar una fuente de discernimiento para separar el trigo de la paja? Sin duda el discernimiento es complicado. Lo que desearíamos sería una respuesta directa y concluyente. Cuando nadamos en el mar de la dudas, queremos algo en lo que apoyarnos y no sutilezas o complicadas teorías. Pero Dios respeta la libertad y nunca responde de forma impositiva. Dios nunca está en el trueno o el huracán, sino en la tenue brisa (1 Reyes 18, 9-13)

¿Dónde encontrar apoyo en nuestras dudas? En todas partes. De Dios nos habla todo y nos habla de manera coherente. Cristo es el Logos, Palabra que es sentido y coherencia universal. San Hilario ve en la creación el reflejo de Dios y ve que es coherente con lo revelado por Cristo. Ve que ante sus dudas y sus ignorancias, todo lo creado le habla a su oído. Incluso las ignorancias de sobre si mismo, le hablan de Dios.

Aquello que anhela, es un reflejo que Dios ha puesto dentro de nosotros. Las dudas hablan de qué es Dios, porque en aquello que necesitamos “En efecto, aunque yo no los puedo comprender, sí tengo experiencia de los movimientos de mi espíritu que juzga sus operaciones, su vida, y esta experiencia te la debo sólo a ti, a ti que me has hecho participar de esta naturaleza sensible que me da un gran gozo, aunque su origen se encuentra más allá de lo que alcanza mi inteligencia.” (San Hilario de Poitiers. La Trinidad 12, 52-53)

El texto-oración de San Hilario desborda la sensibilidad de quien necesita de Dios y no Lo encuentra. ¿Dónde está Dios? En todos los signos que nos rodean. ¿Por qué esta generación necesita de un signo? Porque el ansia de Dios está dentro nuestra y los signos aparecen como las luces que nos ayudan para andar el camino.

Cristo nos dijo “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por Mí” (Jn 14, 6) El Camino se anda de una única forma “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” (Mt 16,24) Pero este Camino no es fácil de aceptar a la primera “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” (Mt 7,13-14) Pero quien anda por el Camino se da cuenta que está repleto de coherencia y sentido.


Los mundos virtuales son lugares de encuentro y Dios también está presente entre el enjambre de bits que recorren las redes. Dios está presente donde dos o tres nos reunamos en Su Nombre (Mt. 18,20).