Lenguaje: milagro y engaño


"Sean testigos valientes y creíbles en todos los ámbitos de la sociedad, para que el Evangelio sea luz que trae esperanza en las situaciones problemáticas, de dificultad, de oscuridad, que los hombres de hoy encuentran con frecuencia en el camino de la vida" (Mensaje a los laicos con motivo de la VI Asamblea Ordinaria del Forum Internacional de Acción Católica)

El anhelo de compartir, de establecer 'amistades', implica el desafío de ser auténticos, fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir artificialmente el propio 'perfil' público”, afirma" (Mensaje para la 45ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales)


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Este video nos muestra cómo el lenguaje que utilizamos es importante para comunicar. Comunicación que va más allá de las palabras, ya que tiene la comunicación tiene un gran componente de empatía. Comunicación de sentimientos y sensaciones que es previa a la comunicación de conceptos, relaciones y experiencias.

En la evangelización es imprescindible establecer un vínculo empático como camino  para transmitir el kerigma (mensaje que nos lleva a descubrir la persona de Cristo y  salvación que nos ofrece)


Con frecuencia nos sorprendemos de que el mensaje de Cristo tenga tan poca atracción. Nos sucede como a este ciego que nadie lo mira debido a los prejuicios que impiden ver que detrás hay una persona que sufre y nos necesita. Prejuicios que también nos impiden ver que nosotros necesitamos compartir para ser humanos en su más amplio sentido.

Una chica que se acerca, cambia el mensaje del ciego y logra el milagro de romper las barreras de prejuicios que los transeúntes tenían. Simplemente, dijo lo mismo pero anteponiendo un mensaje que unía empáticamente al necesitado y a quien puede ayudarle. Rotos los prejuicios, el camino de colaboración se abre ante nosotros y lo imposible se hace algo evidente y sencillo. Hablar sobre el día y lo bonito que es, une a quien sabe que es así con el que no puede verlo. Es un dardo directo para crear empatía.

Bueno, parecería que cambiando el lenguaje la evangelización sería fácil. Cambiamos el lenguaje y zas... milagro. Pues no es tan sencillo en la vida real. ¿Por qué?

La realidad cotidiana es un continuo bombardeo comercial en donde las marcas comerciales quienes establecer vínculos empáticos con nosotros. Saben que esa es la puerta de nuestra atención y el camino para vendernos su mercancía. Como resultado hemos creado barreras defensivas a las empatías "gratuitas" que nos ofrecen. Cuando olemos que quieren que abramos el corazón, rápidamente lo cerramos como medida defensiva.

¿Cómo logran vender las marcas? Cada vez lo tienen más complicado e invierten mucho dinero en publicidad. Pensemos en la publicidad de Coca Cola y su capacidad de vendernos felicidad y amistad para que lo asociemos a la compra de la bebida. El mundo se dice a si mismo que si ya compramos Coca Cola ¿Para qué comprar el cristianismo? Si ya compramos la ropa, el automovil y el perfume más chic ¿Qué nos puede ofrecer el cristianismo para ser felices?

Tenemos que ser pacientes. Antes de poder aceptar el mensaje cristiano, es necesario que las personas sientan que necesitan algo más. El problema es que, al mismo tiempo que nos damos cuenta del engaño del marketing, redoblamos los prejuicios hacia lo que nos promete "el paraíso". Si un perfume, que cuesta media paga no me hace feliz ¿Cómo va a hacerme feliz algo que requiere de mi compromiso real, honesto y continuo? 

En este mundo repleto de marketing, el cristiano tiene que hacer un triple mortal para llamar la atención y conseguir un momento de atención para ofrecer gratuitamente la Palabra de Cristo. Es todo un reto que sólo podemos superar mediante el compromiso y la honestidad. La autenticidad es lo que nos diferencia de las marcas comerciales y las ideologías de moda. Vivir el cristianismo como algo cierto y real es imprescindible... tan importante como el lenguaje que utilicemos.