Comunicar es la llave que abre las cerraduras de nuestro corazón.


En las redes sociales solemos encontrar con personas de múltiples tipos, tendencias, entendimientos y carismas. Seguramente conozcamos relativamente bien a muchas de ellas, pero seguro que existen otras de las que no tenemos claro su perfil. Algunas de ellas se acercan a nosotros por afinidad, otras porque hay algo que les llama la atención, aunque no concuerden demasiado con nosotros.

En las redes, el conocimiento personal se basa en los contenidos multimedia que compartimos y en los breves diálogos que solemos tener al comentar determinada noticia, figura o video. El chat es una fuente valiosa de información, ya que permite una comunicación ordenada más cercana a la realidad. En algunas redes, es posible realizar video conferencias y poderse conocer de manera un poco más real.

Supongamos que contacta con nosotros una persona que muestra una fuerte oposición a la existencia de Dios, la necesidad de la Iglesia, la estructura institucional o la misma manera de entender el cristianismo que tenemos los católicos. ¿Por qué se acerca entonces? Algo les atrae de nosotros y ese algo puede ser el hilo que nos permita acercarnos a ella.

En el momento en que hay contacto y se establece la comunicación, entramos en el espacio de la evangelización donde es necesario pensar en un proceso de diálogo, comprensión, respeto, acercamiento y discernimiento. Pensemos que este tipo de personas vienen cargadas de prejuicios y no tienen inconveniente en sacarlos cada vez que hace falta. ¿Qué hacer con estos prejuicios? Los prejuicios actúan como cerraduras que cierran la puerta del corazón a aquello que temen. Para abrir cada cerradura hace falta una llave que ni siquiera el dueño de la cerradura conoce. Es una llave que se fabrica en base a tiempo, confianza y libertad.

En al medida que abramos las cerraduras, el diálogo se amplían y los lazos afectivos se hacen más sólidos. La pregunta del millón es ¿Cómo podemos crear una llave que abra cada cerradura?

La creación de esta llave es una labor de paciente acercamiento que parte del máximo respeto al dueño de la cerradura. Comprendamos que deshacerse de una protección vital siempre es complicado y requiere mucho tiempo y confianza. Pero contamos con algunas ayudas. El mismo dueño de la cerradura irá dando pistas sobre la lleva según la comunicación y el diálogo vaya fluyendo. Además el Espíritu Santo nos ayuda de formas inesperadas. Pero ¿cómo afrontar el acercamiento y el diálogo? Enumero algunas cuestiones a tener en cuenta:


  1. Tener un amplio respeto y valoración de quien tenemos delante. Aunque una persona pueda parecer a veces desagradable, si se acerca a nosotros es porque necesita algo que nosotros tenemos. Aceptémosla y demos gran valor a su acto de confianza. No lo digo retóricamente, sino con toda la sinceridad que puedo transmitir.
  2. Procuremos observar los contenidos que publica y las respuestas que da, a fin de entender qué necesita de nosotros y cómo podemos ayudarle. Valoremos cada paso que consigamos en esta relación de mutua confianza.
  3. Según vayamos teniendo oportunidad y capacidad de mover la llave, giremos con delicadeza intentando no asustar. A veces es necesario movernos muy lentamente en el proceso de diálogo. Nuestra capacidad de comunicar irá mejorando según nuestro interlocutor confíe en que no vamos a dañarle.
  4. No desesperemos aunque nos equivoquemos y tengamos que recomenzar. Si damos respeto y valor a quien tenemos delante, los errores serán oportunidades de avanzar en el acercamiento.
  5. Cuando hayamos abierto una cerradura, quedarán todavía muchas más. Los prejuicios son así, vienen en racimos y dependen unos de otros. No podremos derribarlos todos juntos ni hacerlo sin la colaboración de quien tenemos frente a nosotros.
  6. Igual que nosotros tenemos que adaptar nuestro lenguaje para hacer posible la comunicación, procuremos que la otra persona vaya adaptando el suyo al entendimiento que vaya ganando. Cada prejuicio se asocia a un lenguaje y léxico particular. Ayudemos a que nuestro amigo se de cuenta de la necesidad de cambiar el lenguaje para cambiar su propio interior.
  7. Festejemos los avances y compartamos la alegría de cada milímetro que consigamos acercarnos.
  8. No reprendamos que nuestro interlocutor utilice los prejuicios. Comprendamos que son parte suya y los ha creado para su defensa personal. No nos sintamos ofendidos. El prejuicio no es un ataque a nosotros, sino una defensa a lo que se teme y desconoce.

He hablado de dignidad, libertad, afecto y cercanía, lenguaje, cambio, prejuicios pero seguramente se habrán cuenta que en mi relato he olvidado dos elementos fundamentales: Dios y la conversión.

El proceso de acercamiento y de ayuda mutua es maravilloso, pero no tiene porque llevar a la conversión. La conversión es un milagro que sólo tiene dos actores: Dios y la persona que libremente acepta que el Señor entre en su corazón.

Nosotros podemos abrir con cuidado las cerraduras y propiciar que las condiciones para el milagro de la conversión se puedan dar. Lo demás queda en manos del Señor y de nuestro amigo.

¿Qué comunicar cuando no hay nada que comunicar?


Cuando no se tiene nada que decir ¿Siempre es mejor callar?

Esta pregunta es muy frecuente en todos los ámbitos de la vida. Queremos acercarnos a una persona y no sabemos qué decir o preguntar. Dentro de una reunión queremos que los demás nos reconozcan y no tenemos nada especial que aportar. En las redes sociales sucede lo mismo. No tenemos nada que comunicar, pero no deseamos que vínculo comunicativo se rompa. 

Benedicto XVI nos habla en el Mensaje para la XLVI Jornada Mundial De Las Comunicaciones Sociales del silencio como un aliado que no debemos de olvidar:

…la relación entre el silencio y la palabra: dos momentos de la comunicación que deben equilibrarse, alternarse e integrarse para obtener un auténtico diálogo y una profunda cercanía entre las personas. Cuando palabra y silencio se excluyen mutuamente, la comunicación se deteriora, ya sea porque provoca un cierto aturdimiento o porque, por el contrario, crea un clima de frialdad; sin embargo, cuando se integran recíprocamente, la comunicación adquiere valor y significado.

El silencio es maravilloso y es necesario cultivarlo con cierta asiduidad, pero si nos pasamos de silentes tenemos el peligro de romper el lazo comunicativo con nuestros seguidores. ¿Qué hacer?

Miremos antes qué tipo de comportamientos son los más frecuentes en la red y analicemos si es conveniente estar silentes demasiado tiempo:

  • Receptores. Están atentos a lo que ocurre en las redes sociales, pero no participan activamente.
  • Emisores. Generan contenidos y difunden los que otros crean.
  • Conversadores. Interactúan sin llegar a generar contenidos propiamente dichos.
Receptores y conversadores actúan como elementos que resuenan cuando los emisores difunden contenidos. Si el emisor deja de emitir, pierden interés con rapidez y buscan nuevos emisores a los que conectarse. Así mismo, según los emisores van agotando su capacidad de generar nuevos contenidos, también se desplazan a nuevos emisores.

Si un emisor tarda en emitir demasiado tiempo, los lazos que nos unen tienden a debilitarse y se pierde la tensión que nos lleva a congregarnos con cierta periodicidad. En verano es más frecuente que tengamos cierta dificultad para encontrar temas interesantes y hay que estar preparado para saber qué podemos hacer. No es mala idea preparar un mínimo de entradas para que se publiquen automáticamente mientras estamos de vacaciones. Hay que pensar que las vacaciones ocurren en diferentes fechas según el hemisferio donde vivamos. ¿Vamos a dejar a nuestros lectores del cono sur sin leernos durante agosto?

Entonces, ¿Qué comunicar cuando no hay nada que comunicar? Lo primero que deberíamos pensar es si realmente no tenemos nada que comunicar. Si nos cercioramos de no tener nada nuevo que compartir, les recomiendo algunas salidas posibles:

  • Repasar viejas entradas y buscar los hilos sueltos que hemos dejado sin desarrollar.
  • Buscar nuevas noticias sobre la temática de nuestro blog.
  • Tomar un blog o página web, con contenidos similares y repasar si hay algún aspecto interesante que podamos ampliar o tratar.
  • Buscar en las intervenciones del Santo Padre o lo obispos, alguna referencia a nuestra temática. Nunca está de más difundir este tipo de contenido.
  • Hacer una entrada que difunda otros blog amigos. Seguro que tenemos blogs que nos gustan. Hablar de estos blogs y recomendarlos siempre es una oportunidad de crear networking católico.
  • Hacer una retrospectiva del desarrollo del blog. A veces nos viene bien mirar atrás y ver todo lo que hemos hecho y compartir nuestras reflexiones con nuestros lectores. Esto no se puede hacer a menudo, pero de tiempo en tiempo, es una sana costumbre.
  • Proponer a un lector asiduo que comparta un tema o reflexión a través de nuestro blog. También es posible pedir esto a un compañero blogger.
Estas son algunas ideas, pero seguro que alguno de ustedes tendrá alguna más que desee compartir con nosotros. Anímese y comparta su experiencia e ideas con nosotros.

Plan Pastoral 2011-15 de la CEE y nuevos medios de comunicación social

Hoy traigo un breve comentario sobre el Plan Pastoral (2011-15) de la Conferencia Episcopal Española y su relación con los nuevos medios de comunicación social.

Hay pocas referencias a Internet, las redes sociales y los nuevos medios de comunicación social. En concreto, el único lugar donde se da alguna reseña sobre las redes sociales e Internet es la acción pastoral prioritaria: renovar la pastoral juvenil en continuidad con la Jornada Mundial de la Juventud 2011. El punto A4 dice:

Renovación de la presencia de la Iglesia en los foros donde los jóvenes tienden a relacionarse, como las llamadas “redes sociales”, mediante la coordinación de iniciativas ya existentes destinadas a dar razones de la fe en esos foros.

En las redes sociales conviven personas de todas las edades y a todas las edades es necesario anunciar el Evangelio. Hace unos meses, comentaba con una persona la tendencia a relacionar Internet únicamente con la juventud. Esta persona me decía, que eso es porque hay muchas personas que son jóvenes de mente, aunque tengan 80 años. En ese sentido podríamos considerar la indicación de la C.E.E. como una propuesta de evangelización más allá de la edad física y trasladarla a un entorno más amplio. ¿Por qué no?

Del punto A4 es interesante reseñar tres aspectos adicionales:

  • La renovación de la presencia de la Iglesia en estos foros. Ya hay miles de sacerdotes y seglares que unidos damos testimonio y servimos de apoyo a quienes desean acercarse de nuevo a la Iglesia. Tal vez haga falta promocionar mayor presencia. Una presencia que sea más que abrir un blog parroquial o una página web de una comunidad.

  • Coordinación de las iniciativas existentes. Nunca viene mal una coordinación, pero sería necesario, antes de nada, formar a quienes van a coordinar y a supervisar esta coordinación. El mundo virtual es lo suficientemente cambiante como para necesitar de personas especializadas en este campo.

  • Con el objetivo de dar razones de la Fe. Cierto. Dar razones para creer se corresponde a un primer anuncio y es importante estar preparado para utilizar el Kerigma en los foros donde nos movemos. Lanzar el Kerigma en la red necesita de un cierto cuidado, ya que existen filtros y capacidad de bloqueo muy eficaces. Sería necesario hablar también del apoyo formativo posterior al Kerigma.
  
Evidentemente, un plan pastoral no puede recoger la totalidad de opciones que es posible desarrollar por cada católico o por cada comunidad. Los objetivos que se marcan en el plan se trazan con líneas gruesas para tener un cierto guión de trabajo para los cuatro años siguientes. Dentro des estas líneas gruesas cabe mucho más de lo que se explicita.

Lo que creo que es positivo, es que en plan pastoral figure un punto que señala a la red como una herramienta interesante para la Iglesia. En eso tenemos que felicitarnos todos lo que somos nativos digitales.

Nueva Evangelización, aprendizaje y redes sociales


Las redes sociales constituyen un estupendo sustrato sobre el que construir un entorno de aprendizaje informal. El intercambio de material multimedia propicia que nos detengamos a leer, escuchar o ver lo que nuestros amigos nos mandan y que aprendamos de lo que leemos, escuchemos o veamos. Si a este intercambio de material unimos el intercambio de opiniones en forma de diálogo, tenemos en entono ideal para aprender sin casi darnos cuenta.
Por lo tanto, podríamos plantearnos la existencia de oportunidades de formación-evangelización asociadas a las redes sociales virtuales, que tengan relación directa con los intereses de un grupo de personas. Podríamos pensar en diversidad de cosas que aprender o entender, ¿Por qué no utilizar este tipo de entorno para la Nueva Evangelización?
Muchas personas se reúnen en grupos virtuales y hay muchas de ellas que tienen interés en la Fe. ¿Por qué no evangelizar mientras nos relacionamos?
En la carta apostólica “Ubicumque Et Semper” Benedicto XVI expone los motivos y acciones que deben de guiar a la Nueva Evangelización. En el artículo 3,4 se indica que uno de los objetivos a conseguir es “estudiar y favorecer el uso de las formas modernas de comunicación, como instrumentos para la Nueva Evangelización
Los nuevos medios de comunicación social no sólo nos sirven para comunicar noticias y opiniones, sino que pueden ser utilizados para evangelizar-formar a aquellas personas que tienen dificultades de acceso a sus comunidades reales. Lo ideal es plantear la Nueva Evangelización como una tarea de auto aprendizaje guiado y que esto se realice de forma colaborativa.
¿Cómo llevar esto adelante? No es simple, pero tampoco es un problema de física cuántica. El problema principal es el planteamiento que tenemos que hacer para que sea eficaz nuestro esfuerzo. Algunos de los peligros son:
·    Riesgo dispersión. Si no existe una dirección clara y unos objetivos claros, la dinámica de auto aprendizaje colaborativo puede venirse abajo.
·     Conflictos/ausencia de liderazgo. En un grupo social, es posible que aparezcan varios líderes que tengas visiones diferentes e incluso se planteen misiones diferentes. También es posible que nadie tome la delantera para nada. En estos casos hay que saber promover un liderazgo sano.
·      Cansancio. Si la tarea a realizar se presenta más larga de lo esperado, el grupo puede terminar por aburrirse del tema y abandonarlo.
·      Gestión de la heterogeneidad. Cuando se detectar diferencias sustanciales entre la capacidad de unas personas y otras, es necesario propiciar la ayuda mutua como herramienta imprescindible. Por ejemplo, ante una pregunta del participante X, se indica… seguro que el participante Y puede explicar perfectamente lo que no entiendes.
Por ello siempre es conveniente disponer de un diseño claro de la acción formativa y disponer de una supervisión que guíe y dinamice el desarrollo de esta. Pero la supervisión no debe llegar a actuar más allá de las funciones de motivar a los integrantes del grupo, para que sean ellos los que realmente realicen el proceso formativo.
¿Qué actividades se pueden realizar? Dependerá del grupo que tengamos a nuestro cargo. Se tendría que estudiar que deficiencias en la evangelización presentan e incluir actividades sencillas que sirvan para ir avanzando. Un posible esquema de actuación seria:
1.     Plantear un tema o pregunta anzuelo, para ver qué interés tiene.
2.     Anotar qué reacciones causa y quienes las protagonizan
3.     Propiciar el diálogo sobre las opiniones emitidas.
4.     Ofrecer material para que se lea, vea o escuche.
5.     Propiciar el diálogo sobre el material
6.     Ofrecer las conclusiones que se haya obtenido sobre el tema
7.     Propiciar que haya crítica a las conclusiones para enriquecerlas
Este esquema se acerca a lo que en psicología se llama diálogo estratégico y debe tener en cuenta sus premisas:
·         Preguntar antes que afirmar.
·         Pedir comprobación antes que sentenciar.
·         Evocar antes que explicar.
·         Actuar antes que pensar.
Esto se puede llevar a cabo dentro de la dinámica normal del grupo y se puede plantear como un simple juego en que participen todos los que quieran. ¿Y que sucede con quienes nos participan? No sucede nada, normalmente serán personas que lean y aprendan sin que se note.
Lo ideal es que le proceso de aprendizaje-evangelización sea algo tan natural que no se note ni rompa los esquemas de comunicación del grupo. Debe ser algo que dé valor al grupo sin que reste nada a cambio.
Si nos ponemos algo técnicos es interesante considerar que las acciones que realicemos busquen:
a) Facilitar experiencias de aprendizaje-evangelización a través del diseño de la actividad.
b)    Propiciar y ayudar a los participantes aprendan en base a sus propios intereses.
c)   Mostrar y vivir el valor de la comunidad mediante el respeto mutuo y la confianza
No conviene pensar en grandes acciones y actividades, sino en pequeñas gotas de evangelización que se disfrutan y se viven en común, para beneficio de todos.

Ideas para gestionar y dinamizar un grupo de comunidades.


Hace unos días una amiga de Facebook, Gracia Porras, me preguntaba cómo se podían dinamizar y unir diversidad de comunidades virtuales dentro de Facebook. Me indicaba una serie de páginas y diversos grupos que deseaban coordinar. El objetivo era cómo mejorarlo todo sin perder la frescura y calidad que cada uno de ellos tiene. Hay páginas de Acción Católica, Renovación Carismática, Nueva Evangelización, Opus Dei, etc.

Cada página y grupo tiene su carisma, usuarios, interesados, lenguaje, iconografía y referencias y eso se debe a que nuestra Iglesia es inmensamente rica en el modo de presentarse al mundo y en la manera en que nos reunimos para vivir la Fe. Bueno, esto está genial, pero ¿Cómo coordinarlo todo y hacerlo sin que pierdan lo que cada una de ellas es? ¿Cómo enriquecer sin que las comunidades pierdan espacio?

De principio, llevar tantas páginas y grupos conlleva un inmenso trabajo individual o se dispone de una serie de colaboradores en cada una de ellas. Esa es la llave que abre la puerta. Lo ideal es que cada comunidad sea capaz de generar sus contenidos, fomentar la amistar y colaboración.

Los grupos de coordinación de cada espacio actuarían como gestores de la comunidad. Tendrían que tener una estrategia y una planificación, sin que ello produzca rigideces. Cuando uno colabora en este tipo de proyectos es necesario que se disfrute dinamizando la comunidad y que esto se pueda hacer con una flexibilidad razonable. ¿Cuántas personas podrían conformar estos grupos gestores de comunidad? La medida sería la de un grupo pequeño que pueda compenetrarse bien, es decir, entre 3 y 6 personas.

Imaginemos que los grupos ya andan solos, la siguiente pregunta es ¿Cómo coordinarlos y buscar dinámicas de conocimiento mutuo?

Por una parte, podemos decir que existen temas comunes a todos ellos, en los que se puede colaborar. Un ejemplo sería presentar el Evangelio de cada día y crear una dinámica de reflexión y comentario. Se podría hacer esto cada día en un espacio e invitar a las personas de los demás grupos a entrar, presentarse y comentar. Se podría hacer lo mismo con el santoral del día. Se podría realizar una dinámica de oración colectiva que cada día se realice en un espacio diferente. Tal vez piensen que esto puede ser una tarea muy tediosa, pero no lo es tanto si automatizamos la publicación de los Evangelio y el Santoral. Esto es posible utilizando los enlaces RSS y plugins como Rss Grafity. De esta forma se publicará la información de manera automática. Queda motivar la participación. ¿Cómo lo podemos hacer? Se me ocurren varias formas:

  • Pidiendo a un sacerdote o persona de relevancia, que esté presente en FB, que participe en el comentario de un día de la semana.
  • Dando un “premio” a los participantes. Por ejemplo se puede orar especialmente por ellos en la misa del día o del domingo. La oración es maravillosa y si la hacemos en comunidad, mejor.
Un factor importante en todo el proceso de conocimiento mutuo es enseñar a las personas cómo se transmite afecto por la red. Dedicar una palabras amables a cada uno de los participantes, hace que nos sintamos valorados y cercanos. Enseñar que estas palabra amables sean la base de al comunicación, es imprescindible. Si se establecen vínculos de amistad y goce mutuo entre las comunidades, se pueden abordar otros proyectos conjuntos: ayuda a los necesitados, participación en campañas de difusión y apoyo, etc.

Pero el roce afectivo, a veces, produce chispas que hay que saber reconducir lo antes posible. Unos malos modos pueden hacer que el trabajo de meses, se venga abajo en un minuto. Hay que concienciar de que esta responsabilidad la compartimos todos y cada uno de quienes participamos. Si alguien entra en el grupo como un troll (persona con ánimo de fastidiar) las herramientas de bloqueo deben actuar con rapidez.

¿Cómo conservar la alegría en todas estas acciones? Los coordinadores de los grupos deben ser personas capaces de vivir la alegría de ser cristianos y capaces de transmitirla día a día. Creo que el equipo de coordinación requiere un carisma especial, ya que su ministerio es aglutinar y dinamizar a quienes se acercan compartir un rato de su vida a cada uno de estos grupos. Quizás parezca que el trabajo de estas personas es agotador, pero no es así. Con que se conecten una vez al día para atender las demandas del grupo y mover a las personas, es suficiente.

Se puede motivar a las personas:

·         Nombrándolas y asegurándose que se activa la notificación (se crea un enlace en azul en FB)
·         Incluyéndolas cuando se editan contenidos, video, imágenes, textos. Hay que indicar siempre que si esta práctica se hace sin ánimo de molestar. Si no se desea que se incluyan en los materiales, no se volverá a hacer.
·         Solicitándoles ayuda puntual para algo que ellas dominan.

Lo principal es transmitir el goce de reconocernos y compartir un ratito diario de nuestra vida con los demás. Sentirnos queridos y necesarios, termina por fraguar un entorno de amistad.

Dicho todo esto, es necesario indicar una serie de precauciones:

·         Una comunidad virtual nunca puede sustituir a una comunidad real. Puede complementarla o ser vehículo para que una persona alejada, se reencuentre con la comunidad real más cercana
·         Se trata de compartir unos ratitos, pero no de fomentar adicciones. Las redes son estupendas en muchos aspectos, pero a algunas personas les generan tal apego, que dejan de vivir realmente. Hay que saber detectar a estas personas y conducirlas a la normalidad con afecto.

También hay que ser concientes de algunas oportunidades:

·         La comunidad virtual puede ser una escuela preparatoria para vivir en comunidad. A muchos de nosotros nadie nos ha enseñado a vivir la comunidad. Las comunidades virtuales son una escuela elemental que nos puede preparar para hacer más vivas y dinámicas las comunidades reales.
·         Hay un déficit de formación cristiana en muchos de nosotros. Las comunidades virtuales puede servir para aminorar este déficit y facilitar la incorporación de estas personas a los procesos formativos en vivo.
·         El caso de personas aisladas por circunstancias diversas, las comunidades virtuales pueden paliar, en parte, la desesperanza de sentirse sólo.

Agradezco la oportunidad de tratar estos temas que Gracia me ha brindado

¿Cómo funcionan las redes sociales en la Iglesia?


Esta es una pregunta que puede parecer obvia, pero que no lo es tanto. Es como preguntar cómo funciona un automóvil. Seguro que todos sabemos lo básico, pero sólo un buen mecánico o un ingeniero especializado, puede responder con conocimiento a muchas preguntas que ignoramos.

La red social no es un invento moderno, sino una característica impresa en nuestra naturaleza humana. Somos seres sociables y necesitamos establecer comunicación para compartir nuestra vida con los demás. Esta necesidad de interrelación actúa de manera natural o a través de herramientas que nos ayudan hacer más fácil el proceso comunicativo.

La Iglesia es una inmensa red social que tiene en su interior múltiples subredes, más o menos, interconectadas entre si. Hasta hace unos años, la red social eclesial estaba limitada al ámbito de movimiento físico de cada uno de nosotros. En el mejor de los casos, el correo postal o las llamadas telefónicas podían acortar las distancias y permitirnos acceder a personas lejanas. Pero estos medios que únicamente permiten interaccionar entre dos personas.

Con las redes sociales virtuales (Facebook, G+, MayFeelings,.. etc) aparece una nueva y poderosa herramienta social. Esta herramienta tiene sus limitaciones, pero tiene una serie de ventajas especialmente interesantes para la Iglesia. Son económicas, casi ubicuas, no necesitan que los interlocutores estén presentes y sobre todo, permiten una relación multidireccional entre ellos. Es decir, se interactúa en grupo, lo que conlleva la posibilidad de crear comunidades.

Pero ¿Cómo funcionan las redes sociales? Imaginémonos cada persona como un nudo de una red de pescadores que está unido a otros nudos. Los segmentos de cuerda que unen los nudos representan una relación social entre dos personas. Esta relación es diferente y particular entre cada una de las personas que se interrelacionan. No hay dos relaciones iguales. Relaciones fuertes, comprometidas, se asemejarían a segmentos que tiran fuertemente de los nudos. Relaciones leves, serían segmentos flojos o con parte de los hilos cortados, endurecidos, quebradizos y con tendencia a romperse cuando se requiere tensión

El objetivo de la red social es comunicarnos de manera comunitaria. La comunicación lo podemos asimilar los movimientos que transmiten los segmentos de hilo unen a los nudos. Dependerá de lo “tenso” que esté el nudo, que los movimientos de los nudos (informaciones) se transmitan por toda la estructura de la red. Unas relaciones lejanas actúan como hilos sin capacidad de transmitir, mientras que unos hilos tensos, permiten una transmisión óptima de la información. Las comunidades presentan una gran cantidad de enlaces entre los nudos y los segmentos de hilo están listos para transmitir.

Unas redes poco tensas y con hilos rotos, no son capaces de soportar el peso de un solo pez. La red se rompe y el pez se escapa. Si pescamos con redes rotas y roídas por el tiempo. ¿Podemos asombrarnos de no pescar nada y encima desalentarnos al ver rotas nuestras herramientas? Esta reflexión vale para las redes virtuales y las redes reales. En muchas comunidades haría falta un proceso de reparación de las redes sociales que la componen. Una comunidad rota y endurecida, difícilmente puede acoger a nuevos miembros

Las redes sociales, empleadas como redes de “pescadores de hombres” deben ser sólidas, tensas, capaces de transmitir el peso entre todos sus nudos y posibilitar que la captura se saque del medio acuático. Curiosamente, los peces, en este caso hombres, están llamados a conformar y robustecer las redes con las que fueron pescados.

Nuestro comportamiento en las redes tiene que tender a hacer fuertes las relaciones, hacerlas verdaderas y comprometidas. La relación debería ser de sincero afecto y amistad. No se trata de sustituir las redes sociales reales por las virtuales, sino de utilizar cada una de ellas convenientemente.

Benedicto XVI, en sus mensajes para las Jornadas de las Comunicaciones Sociales incide estos conceptos, de forma clarividente. Nos dice:

La amistad es un gran bien para las personas, pero se vaciaría de sentido si fuese considerado como un fin en sí mismo. Los amigos deben sostenerse y animarse mutuamente para desarrollar sus capacidades y talentos, y para poner éstos al servicio de la comunidad humana. En este contexto es alentador ver surgir nuevas redes digitales que tratan de promover la solidaridad humana, la paz y la justicia, los derechos humanos, el respeto por la vida y el bien de la creación.” (Mensaje para el día de la Comunicaciones Sociales del año 2009)

El desarrollo de las nuevas tecnologías y, en su dimensión más amplia, todo el mundo digital, representan un gran recurso para la humanidad en su conjunto y para cada persona en la singularidad de su ser, y un estímulo para el debate y el diálogo. Pero constituyen también una gran oportunidad para los creyentes. Ningún camino puede ni debe estar cerrado a quien, en el nombre de Cristo resucitado, se compromete a hacerse cada vez más prójimo del ser humano.” (Mensaje para el día de la Comunicaciones Sociales del año 2010)

La presencia en estos espacios virtuales puede ser expresión de una búsqueda sincera de un encuentro personal con el otro, si se evitan ciertos riesgos, como buscar refugio en una especie de mundo paralelo, o una excesiva exposición al mundo virtual. El anhelo de compartir, de establecer “amistades”, implica el desafío de ser auténticos, fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir artificialmente el propio “perfil” público.” (Mensaje para el día de la Comunicaciones Sociales del año 2011)

Quizás, las redes sociales virtuales puedan servirnos para reflexionar sobre las redes sociales reales y sus problemas. Unas redes pueden ayudar a otras y crear sinergias muy interesantes.