Mostrando entradas con la etiqueta Pentecostés. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Pentecostés. Mostrar todas las entradas

Jerga Católica

Desde hace unos días vengo rastreando el espacio social: redes sociales, blogs, Twitter, etc. buscando rastros de un concepto interesante: la “jerga católica”.

Podíamos definir la "jerga católica" como un lenguaje adaptado a transmitir conceptos y experiencias dentro del universo católico (simbólico, emotivo, conceptual, actitudinal, etc). No es raro encontrar personas en la red que hacen referencia a esta jerga [3]. Resumo mis hallazgos en tres epígrafes:

·    Los católicos rara vez nos damos cuenta que hablamos en jerga. Nos fastidia que nos digan que no nos entienden. Nos parece que nuestros interlocutores deben ser capaces de dominar como nosotros toda la semiótica implícita en nuestra comunicación.
·     Las personas alejadas que conocen más o menos superficialmente la jerga, toleran su uso o se divierten jugando con ella. A veces nos parodian. Es interesante ver qué les resulta más divertido, ya que encontraremos bastantes defectos que corregir.
· Las personas sin conocimiento claro de la jerga, se lamentan divertidamente diciendo que no hay quien nos entienda.

Se preguntarán la relevancia que pueda tener esta rara afición personal de escudriñar el lenguaje que utilizamos en la red. No crean, el lenguaje que utilizamos en la red es muy importante actualmente y lo será más en el futuro. ¿En el futuro?

Vamos camino de disponer de espacios virtuales de tipo semántico, adaptados a lo que expresamos en la red. ¿Ciencia ficción? No tanto.

Pueden comprobar los primeros pasos en la barra de entrada de palabras de Google. Se habrán dado cuenta que desde hace unos meses autocompleta y sugiere búsquedas de forma predictiva. Esta función predictiva se puede depurar en función la historia de búsquedas realizada con anterioridad por nosotros, de manera que cada vez sea más probable que lo que nos sugiera sea lo que buscamos.

Genial dirán ustedes. ¡Google nos ahorra tiempo! Bueno, genial o no genial, según se mire. Tenemos un ejemplo de herramienta que se hace mensaje y termina condicionando lo que decimos o buscamos. No les da cierta comezón de estómago pensar que podría pasar si Google minimizara la priorización de la palabra “Dios” en la búsquedas. ¿Se dan cuenta?

Las web semánticas serán maravillosas, pero también serán capaces de sesgar lo que comunicamos y cómo lo comunicamos. Pueden dejar fuera de contexto a quien hable en “jerga católica”. ¿Dónde se iría a parar la evangelización en la red? Habría que buscar alternativas y adaptar la comunicación del evangelio a la semántica más adecuada. ¿Es esto extraño?

Para nada es extraño. Ya nos sucede cuando hablamos en nuestra jerga y sólo quien la conoce nos entiende y se comunica con nosotros. Es una realidad que viene desde los primeros siglos y que debemos de conocer para saber cómo comunicarnos mejor en la red.

Seguro que alguno de ustedes estará pensando en el próximo Pentecostés y el don de lenguas que el Espíritu dio a los Apóstoles. ¡Diana!. El Espíritu nos da la capacidad de comunicar el Mensaje Cristiano en cualquier lengua. ¿No es maravilloso?

Ya nos comentó este reto el Santo Padre en el mensaje del año 2010 para la asamblea plenaria del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales

Jesús "en el anuncio del Reino supo utilizar elementos de la cultura y del ambiente de su tiempo: el rebaño, los campos, el banquete, las semillas, etc.".

"Hoy somos llamados a descubrir, también en la cultura digital, símbolos y metáforas significativas para las personas, que puedan ser de ayuda al hablar del Reino de Dios al hombre contemporáneo"

¿Qué lenguaje tenemos que utilizar? A este lenguaje de la red se le denomina “netivo”, pero en nombre es lo de menos. Lo importante es ofrecer algunos consejos con los que empezar a trabajar. Comparto algunos que he ido sacando en mis vivencias en la red:

  • Intentar adaptar, en lo posible, nuestro lenguaje al interlocutor [1]. También podríamos decir que tenemos que ajustar el lenguaje al tipo de público que esperamos que nos lea.
  • Es recomendable establecer un contexto de cordialidad y comodidad antes de empezar a dialogar sobre cuestiones esenciales.
  • Buscar formas de comunicar utilizando expresiones cotidianas que compartan los interlocutores. Los “tecnicismos” de la jerga católica, hay que utilizarlos con cuidado. Por ejemplo, si hablamos de “Gracia”, a lo mejor quien nos lee piensa en que estamos de broma, al no tener ni idea de lo que hablamos.
  • Si tenemos que utilizar un concepto controvertido o particular, nunca viene mal definir previamente a qué nos referimos.
  • La mejor forma de comunicar es utilizar símiles o parábolas [2]. Cristo lo sabía y lo utilizaba con frecuencia. ¿Qué símiles podemos utilizar hoy en día para comunicar lo mismo que hace 2000 años? Hablar de rebaños a personas que no han visto una oveja viva, que no saben que significa ser pastor y los peligros que conllevaba, es complicado.
  • Una imagen vale más que mil palabras. Un material multimedia bien realizado, vale por 100.000 palabras.
  • En las conversaciones largas, es bueno almacenar el texto del diálogo, ya que podemos releer las intervenciones y reflexionar sobre mejoras y errores cometidos.
  • Detectar cuando el diálogo ha terminado. Es frecuente que lleguemos a callejones sin salida a partir de los cuales, perdemos el tiempo. Es mejor despedirse con cordialidad y continuar en otro momento.
Igual que pasó en Pentecostés, le Kerigma se comunica en el lenguaje de cada uno de quienes escuchaban a Pedro. El Espíritu lo hizo posible y el resultado fue maravilloso. ¿Oramos suficientemente para que el Espíritu Santo nos ayude? 


Comentarios posteriores a la publicación de la entrada:
[1] Tras publicar la entrada me he dado cuenta que este punto podría interpretarse de formas diversas. Aclaro: al indicar la necesidad de adaptar el lenguaje al interlocutor  no  hablo del Mensaje. sino de la forma de transmirlo. El Mensaje debe ser transmitido con toda fidelidad en todas sus dimensiones. Guste, escueza, duela o maraville.
[2] Creo interesante reflexionar sobre nosotros mismos y nuestra capacidad de captar todo lo que Cristo transmitía a sus contemporáneos por medio de las parábolas. Partiendo de momentos diferentes, culturas diferentes, vivencias diferentes, no es fácil penetrar hasta el fondo en estas analogías.
[3] Esta entrada se refiere a las personas que utilizan el concepto de "Jerga Católica" y no a aquellas que tienen la formación y la cultura necesaria para entender el lenguaje que utilizamos los católicos.