¿Qué hacemos con la web 2.0? - Yi-Ho Silver!!!

Seguro que todos hemos oído hablar de la web 2.0 y no siempre hemos entendido a lo que se refería este concepto. Decir web 2.0 es lo mismo que decir herramientas y aplicaciones que nos permite interaccionar con otras personas dentro de Internet.

Es maravilloso, tenemos las herramientas al alcance de las manos. Nos parecen gratuitas y llenas de posibilidades. Este ofrecimiento es una tentación que a la que algunos nos cuesta rechazar.

Pero ¿Qué podemos hacer con estas herramientas? Primero veamos qué herramientas tenemos a nuestra disposición.

1.- Blogs. El autor del blog escribe un texto, presenta imágenes o muestra un video y aquellas personas que lo deseen pueden comentar lo que estimen interesante. Los blog son una herramienta 2.0 algo primitiva, ya que la comunicación tiende a ser unidireccional.

2.- Wikis. La wikis son bases de datos multimedia que se construyen de forma colaborativa. Es decir, cualquiera crea un contenido y quien lo desee puede mejorarlo, enmendarlo o borrarlo. Es una herramienta que hay que cuidar, ya que la posibilidad de borrar o cambiar, predispone a la acción maliciosa. La base de la interacción entre personas es el trabajo colaborativo, por lo que no fomenta las relaciones personales entre los colaboradores.

3.- Entornos sociales de recursos compartidos. Permiten la interrelación personal por medio de mensajes, contenidos y actividades. Representan el ideal 2.0 y por ello necesitan de cierto dominio para ser utilizados correctamente. Es necesario que cada usuario se responsabilice de su privacidad y los contenidos que comparte.

¿Ya está? Parecería que hemos completado el objetivo de esta entrada con esta descripción, pero nos dejamos la reflexión más importante ¿Qué sentido utilizar estas herramientas desde el punto de vista eclesial?

Hagamos un símil previo con la vida real. No es lo mismo ver un documental, que ir a una conferencia de un experto o estar sentado en una mesa redonda rodeado de personas conocedoras de un tema. Tampoco es lo mismo el resultado que obtenemos si nos dedicamos a decir ante el mundo “lo que hay que hacer”, que si tenemos un grupo de personas que queremos hacer algo o si en medio de una plaza cada cual habla a otra persona de sus expectativas.

Las web 2.0 es una herramienta que hay que emplear con un poco de conocimiento para tener cierta certeza de conseguir frutos y que estos frutos sean beneficiosos para todos. Para ello hay que hacerse unas preguntas antes de iniciar cualquier actividad 2.0:

-          Objetivos: Qué quiero hacer.
-          Necesidades: Qué necesito para hacerlo.
-          Planificación: Cómo lo voy a conseguir.

Ciertamente es posible ir de Llanero Solitario por al vida. ¡Hi-yo Silver, go away! Pero ir de Llanero solitario puede ser tan cómodo que frustrante. La Iglesia dispone de muchos Llaneros Solitarios, que terminan quemados por la soledad y la falta de comprensión. Ese no es el camino. La Iglesia es comunidad y comunidad unida en Nombre del Señor.

¿Cómo salir de nuestro cómodo, pero solitario, reducto personal? La web 2.0 es una solución interesante para buscar personas que tengan nuestras mismas inquietudes y objetivos, lo que nos permite colaborar. Podemos utilizarla para buscar compañeros de viajes y abordar los proyectos que estimemos.

Para ello, tanto los blogs como las redes sociales son el mejor anzuelo. Si tenemos paciencia, las personas interesadas en un tema terminarán por encontrar un blog temático que hayamos creado y establecerán contacto. Este contacto se puede llevar a las redes sociales e ir conformando grupos de amistades con esa especial sintonía que tanto anhelamos.

Un grupo de personas en sintonía es genial, pero tarde o temprano surge la fatídica pregunta ¿Hacemos algo juntos? ¡Claro! Responderemos ilusionados a coro. ¿Qué hacemos? Entonces se inicia una tormenta de ideas y silencios. En las redes sociales se pueden crear tormentas de ideas muy interesantes mediante las herramientas de encuesta. Normalmente el entusiasmo termina cediendo ante la evidencia de la necesidad de organizarnos.

¿Qué hace falta entonces? Liderazgo. Una o varias personas que tengan claro hacia donde ir. Indudablemente el gran “grupo en sintonía” se dividirá por diferencias en los objetivos. No crean que esto es negativo. ¿Pasa algo por ser menos? Menos significa más en muchos casos. Más que algo terrible, es una dicha ir consolidando una red capaz de actuar. Los el gran “grupo en sintonía” puede abordar proyectos en paralelo y sus integrantes actuar en uno o varios de ellos. Menos es más. El liderazgo puede aparecer y desarrollarse también mediante las redes sociales.

Siguiente paso: Ya tenemos coordinación, ahora necesitamos análisis y planificación. ¿Cómo hacerlo? Este paso lo pueden realizar personas que aún no siendo líderes, pero tienen capacidad de preveer y sacar conclusiones. No siempre un líder es al mismo tiempo un buen analista. En la fase de análisis pueden participar todas aquellas personas que tengan algo de comentar o razonar. Es bueno que se desarrolle a la vista de todos para evitar suspicacias. Somos humanos y las envidias son un factor a tener en cuenta.

Una vez se haya concretado todo. Sólo queda ponerse manos a la obra.

Bueno. Todo proceso puede realizarse de manera no presencial y asíncrona gracias a la web 2.0. Tanto si el objetivo sea la propia red, como si el objetivo está en la vida real, la red nos permite cooperar aunque estemos a miles de Km de distancia.

Dentro de la Iglesia es posible abordar muchas iniciativas que empleen la red como herramienta fundamental, debemos tener claro que las herramientas no son el fin. Sólo son el medio para conseguirlo.

Los proyectos deberían partir de necesidades reales e implicar a los protagonistas del proyecto. Por ejemplo, crear una wiki para apoyar a proyectos solidarios es algo genial, pero si lo hacemos al estilo Llanero solitario, nuestro esfuerzo puede terminar en frustración. Lo ideal sería contactar con ONGs plantearles el proyecto que queremos abordar e irlo creando entre nosotros y ellos. Si creemos que es necesario crear un portal para amantes de la imaginería religiosa, contactemos con cofradías, hermandades, imagineros, etc, que nos digan qué les gustaría encontrar en ese portal y cómo lo realizarían. De esa forma, el proyecto es de todos y sirve realmente a la comunidad.

No creamos que echar tiempo a las fases previas a la actuación significa una pérdida tiempo. Todo lo contrario, es tiempo ganado y no poco, créanme.

Para terminar, si emprendemos cualquier proyecto en red, incluyamos etiquetas semánticas y pensemos en la manera de crear interfases de búsqueda, filtrado o procesado de información por medio de ellas. La web 3.0 se asoma por detrás de la puerta.

2 comentarios:

  1. Aunque no estoy al nivel, creo haberlo entendido casi todo. Me ha gustado tu entrada y me ayuda a animarme y ver que puedo hacer con lo que ya tengo en la red.
    Gracias y feliz fin de semana en elSeñor.
    Un abrazo.

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  2. Me alegra que te haya gustado al entrada. Así que ánimo, que hay mucho campo que arar. Un abrazo en el Señor :)

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