Desde hace unos días vengo rastreando el espacio social: redes sociales, blogs, Twitter, etc. buscando rastros de un concepto interesante: la “jerga católica”.
Podíamos definir la "jerga católica" como un lenguaje adaptado a transmitir conceptos y experiencias dentro del universo católico (simbólico, emotivo, conceptual, actitudinal, etc). No es raro encontrar personas en la red que hacen referencia a esta jerga [3]. Resumo mis hallazgos en tres epígrafes:
· Los católicos rara vez nos damos cuenta que hablamos en jerga. Nos fastidia que nos digan que no nos entienden. Nos parece que nuestros interlocutores deben ser capaces de dominar como nosotros toda la semiótica implícita en nuestra comunicación.
· Las personas alejadas que conocen más o menos superficialmente la jerga, toleran su uso o se divierten jugando con ella. A veces nos parodian. Es interesante ver qué les resulta más divertido, ya que encontraremos bastantes defectos que corregir.
· Las personas sin conocimiento claro de la jerga, se lamentan divertidamente diciendo que no hay quien nos entienda.
Se preguntarán la relevancia que pueda tener esta rara afición personal de escudriñar el lenguaje que utilizamos en la red. No crean, el lenguaje que utilizamos en la red es muy importante actualmente y lo será más en el futuro. ¿En el futuro?
Vamos camino de disponer de espacios virtuales de tipo semántico, adaptados a lo que expresamos en la red. ¿Ciencia ficción? No tanto.
Pueden comprobar los primeros pasos en la barra de entrada de palabras de Google. Se habrán dado cuenta que desde hace unos meses autocompleta y sugiere búsquedas de forma predictiva. Esta función predictiva se puede depurar en función la historia de búsquedas realizada con anterioridad por nosotros, de manera que cada vez sea más probable que lo que nos sugiera sea lo que buscamos.
Genial dirán ustedes. ¡Google nos ahorra tiempo! Bueno, genial o no genial, según se mire. Tenemos un ejemplo de herramienta que se hace mensaje y termina condicionando lo que decimos o buscamos. No les da cierta comezón de estómago pensar que podría pasar si Google minimizara la priorización de la palabra “Dios” en la búsquedas. ¿Se dan cuenta?
Las web semánticas serán maravillosas, pero también serán capaces de sesgar lo que comunicamos y cómo lo comunicamos. Pueden dejar fuera de contexto a quien hable en “jerga católica”. ¿Dónde se iría a parar la evangelización en la red? Habría que buscar alternativas y adaptar la comunicación del evangelio a la semántica más adecuada. ¿Es esto extraño?
Para nada es extraño. Ya nos sucede cuando hablamos en nuestra jerga y sólo quien la conoce nos entiende y se comunica con nosotros. Es una realidad que viene desde los primeros siglos y que debemos de conocer para saber cómo comunicarnos mejor en la red.
Seguro que alguno de ustedes estará pensando en el próximo Pentecostés y el don de lenguas que el Espíritu dio a los Apóstoles. ¡Diana!. El Espíritu nos da la capacidad de comunicar el Mensaje Cristiano en cualquier lengua. ¿No es maravilloso?
Ya nos comentó este reto el Santo Padre en el mensaje del año 2010 para la asamblea plenaria del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales
Jesús "en el anuncio del Reino supo utilizar elementos de la cultura y del ambiente de su tiempo: el rebaño, los campos, el banquete, las semillas, etc.".
"Hoy somos llamados a descubrir, también en la cultura digital, símbolos y metáforas significativas para las personas, que puedan ser de ayuda al hablar del Reino de Dios al hombre contemporáneo"
¿Qué lenguaje tenemos que utilizar? A este lenguaje de la red se le denomina “netivo”, pero en nombre es lo de menos. Lo importante es ofrecer algunos consejos con los que empezar a trabajar. Comparto algunos que he ido sacando en mis vivencias en la red:
- Intentar adaptar, en lo posible, nuestro lenguaje al interlocutor [1]. También podríamos decir que tenemos que ajustar el lenguaje al tipo de público que esperamos que nos lea.
- Es recomendable establecer un contexto de cordialidad y comodidad antes de empezar a dialogar sobre cuestiones esenciales.
- Buscar formas de comunicar utilizando expresiones cotidianas que compartan los interlocutores. Los “tecnicismos” de la jerga católica, hay que utilizarlos con cuidado. Por ejemplo, si hablamos de “Gracia”, a lo mejor quien nos lee piensa en que estamos de broma, al no tener ni idea de lo que hablamos.
- Si tenemos que utilizar un concepto controvertido o particular, nunca viene mal definir previamente a qué nos referimos.
- La mejor forma de comunicar es utilizar símiles o parábolas [2]. Cristo lo sabía y lo utilizaba con frecuencia. ¿Qué símiles podemos utilizar hoy en día para comunicar lo mismo que hace 2000 años? Hablar de rebaños a personas que no han visto una oveja viva, que no saben que significa ser pastor y los peligros que conllevaba, es complicado.
- Una imagen vale más que mil palabras. Un material multimedia bien realizado, vale por 100.000 palabras.
- En las conversaciones largas, es bueno almacenar el texto del diálogo, ya que podemos releer las intervenciones y reflexionar sobre mejoras y errores cometidos.
- Detectar cuando el diálogo ha terminado. Es frecuente que lleguemos a callejones sin salida a partir de los cuales, perdemos el tiempo. Es mejor despedirse con cordialidad y continuar en otro momento.
Igual que pasó en Pentecostés, le Kerigma se comunica en el lenguaje de cada uno de quienes escuchaban a Pedro. El Espíritu lo hizo posible y el resultado fue maravilloso. ¿Oramos suficientemente para que el Espíritu Santo nos ayude?
Comentarios posteriores a la publicación de la entrada:
[1] Tras publicar la entrada me he dado cuenta que este punto podría interpretarse de formas diversas. Aclaro: al indicar la necesidad de adaptar el lenguaje al interlocutor no hablo del Mensaje. sino de la forma de transmirlo. El Mensaje debe ser transmitido con toda fidelidad en todas sus dimensiones. Guste, escueza, duela o maraville.
[2] Creo interesante reflexionar sobre nosotros mismos y nuestra capacidad de captar todo lo que Cristo transmitía a sus contemporáneos por medio de las parábolas. Partiendo de momentos diferentes, culturas diferentes, vivencias diferentes, no es fácil penetrar hasta el fondo en estas analogías.
[3] Esta entrada se refiere a las personas que utilizan el concepto de "Jerga Católica" y no a aquellas que tienen la formación y la cultura necesaria para entender el lenguaje que utilizamos los católicos.
Comentarios posteriores a la publicación de la entrada:
[1] Tras publicar la entrada me he dado cuenta que este punto podría interpretarse de formas diversas. Aclaro: al indicar la necesidad de adaptar el lenguaje al interlocutor no hablo del Mensaje. sino de la forma de transmirlo. El Mensaje debe ser transmitido con toda fidelidad en todas sus dimensiones. Guste, escueza, duela o maraville.
[2] Creo interesante reflexionar sobre nosotros mismos y nuestra capacidad de captar todo lo que Cristo transmitía a sus contemporáneos por medio de las parábolas. Partiendo de momentos diferentes, culturas diferentes, vivencias diferentes, no es fácil penetrar hasta el fondo en estas analogías.
[3] Esta entrada se refiere a las personas que utilizan el concepto de "Jerga Católica" y no a aquellas que tienen la formación y la cultura necesaria para entender el lenguaje que utilizamos los católicos.
Amigo Miserere:
ResponderEliminarPara transmitir conceptos, experiencias, etc., relativas a la fe, es insustituible e imprescindible el lenguaje bíblico y tradicional. Sin él naufragamos y el apostolado se vuelve infecundo.
Porque el apostolado no es algo que nosotros construyamos, ni su éxito depende de nuestras estrategias de acomodación al mundo. Sino que es un don que recibimos por la Palabra divina y eterna, por la cual Dios atrae hacia sí.
Es un don de lo alto, no un invento nuestro.
Cuanto más fieles a la palabra bíblica y tradicional, más fecunda será nuestra acción apostólica. Es Dios Todopoderoso Quien actúa a través de su Palabra. Nosotros somos sólo sus embajadores, no vamos por cuenta propia, re-presentamos la Palabra Divina, causa verbal de las conversiones.
Cuando el lenguaje propio y sagrado de la fe se abandona, las ideas se vuelven confusas, la verdad se diluye en un lenguaje sin Tradición alejado de la Palabra de Dios, y el apostolado se vuelve estéril.
Creo que la secularización del lenguaje espiritual es un error.
Bueno, disculpa la crítica.
Un abrazo muy fuerte en el Señor.
Crítica aceptada y bienvenida, estimado Alonso. :)
ResponderEliminarLo cierto es que comparto lo que indicas al 100% Entonces ¿Dónde está la crítica que me haces?
Creo que mis propias palabras no han llegado a situar el problema convenientemente.
No soy quien protesta o se mofa de la "jerga católica". Para mi no es jerga, sino Palabra de Dios y Revelación del Altísimo. La venero con mi propia alma.
Son otras personas quienes hacen uso de este concepto y me pregunto ¿Por qué lo hacen? Porque son incapaces de entender lo que les decimos debido a que "hablamos" lenguajes diferentes. ¿Qué le sucedió a San Pablo en el Areópago? Los griegos no le hicieron ni caso. Pero San Pedro lanzó el Kerigma en Pentecostés y quienes le oyeron sí entendieron lo que les decía. ¿Por qué? Por la acción del Espíritu y porque en Jerusalén los judiós hablaban un lenguaje simbólico idéntico al de Pedro. Ellos entendían el Kerigma. Los griegos no fueron capaces. Los griegos necesitaron la llegada de la Escuela de Alejandría para penetrar en su lenguaje simbólico. Si comparas los textos de Clemente de Alejandría y de, por ejemplo, San Cirilo de Jerusalén, te darás cuenta de lo que quiero indicarte.
Algo así sucede hoy en día. A las personas alejadas y a las no creyentes les da igual lo que les digamos en nuestro lenguaje. Hablarles de Gracia, Espíritu, perdón, pecado, sacramentos, No lo entienden. Para ellos son palabra vacías que soltamos sin saber qué decimos. Su universo simbólico es diferente al nuestro. Sus ámbitos vitales están muy alejados a los nuestros. Por eso no hay posible comunicación. Tenemos un problema nada despreciable de acceso a estas personas.
Entonces. ¿Cómo hablar con ellos sin utilizar nuestro lenguaje? Es complicado. Sólo el espíritu es capaz de hacernos hablar en lenguas ajenas a las nuestras. Necesitamos mucha oración y reflexión. El Santo Padre nos lo pide.
Otro elemento que introducía era que a veces creernos que quien ignora nuestro lenguaje estará dispuesto a escucharnos un largo discurso y no es así. Igual que Cristo hablaba con la gente sencilla en base a parábolas, así tendremos que hacerlo nosotros. Parábolas que puede que no utilicen los mismos entornos y formas que las bíblicas, ya que cada vez vivimos alejados del entorno bíblico. Benedicto XVI nos indica que habrá que buscar nuevas formas de llegar a quienes no nos entienden.
Ese es el contexto que describo: personas alejadas sin apenas formación y desconocedores absolutos de nuestro lenguaje. ¿Cómo transmitirles el Mensaje? Tengo claro que el Misterio es imposible de transmitir si no es a partir de las formas de la Tradición.
No dudes en criticar todo lo que veas necesario. Gracias por tus palabras. Un abrazo en Cristo :)
Nestor, tu entrada me resulta muy interesante, puesto que comparto muchas de las ideas que das en ella. Por ejemplo. Yo tengo buenisimos amigos homosexuales a los que le hablo de Dios, de la Iglesia, del pecado y hay que tener mucho cuidado a la hora de evangelizar. Caer en esa "jerga" entre comillas de forma catolica de hablar, a veces es mas nefasto que acertado. A los que aún no conocen a Jesucristo hay que hablarles con la verdad, pero con palabras más comunes de nuestro dialecto social, no se si me explico.
ResponderEliminarMe interesa muchisimo tu opinión sobre mi blog. Asi que cuando tengas tiempo te agradeceria que pasases de nuevo y me digas que fallos ves en él, te lo agradeceria de verdad.
Un abrazo.
La comunicación es problema en la Iglesia, querida Mento. Un problema a todos los niveles, que se aminora por la Gracia del Espíritu.
ResponderEliminarFíjese lo que sufre D. Javier por la incomprensión de sus compañeros de ministerio por su labor de pastoral en la red. Decía Cristo que quien tenga oídos que oiga. ¿Como llegar a quien no tiene oídos para oírte?
Lo fácil es dejarles en su sordera, pero a estos pobres de entendimiento hay que tratarlos como hermanos.
En fin, me alegra que haya entendido mi mensaje. :)...
Un abrazo en Cristo
Querido Miserere:
ResponderEliminarGracias por tus palabras de amigo y hermano en Cristo.
El tema que tratas es sumamente complejo y sumamente importante. Sé que estamos de acuerdo, como tú mismo dices. No obstante, te escribo algunas matizaciones como complemento y perdóname por favor si insisto.
Dices: "A las personas alejadas y a las no creyentes les da igual lo que les digamos en nuestro lenguaje. Hablarles de Gracia, Espíritu, perdón, pecado, sacramentos, No lo entienden. Para ellos son palabra vacías que soltamos sin saber qué decimos"
Yo creo sin embargo que el lenguaje bíblico y tradicional, el lenguaje "clásico" de la Iglesia,
es el lenguaje inteligible y universal por excelencia. Es el que mejor entiende la gente, sea infiel, incrédula o apóstata.
Por su claridad diamantina, su lógica irrefutable, su belleza divina, y principalmente porque procede de la mente de Dios, que sabe mejor que nosotros con qué palabras suscitar la conversión, obra suya y no de nuestro ingenio.
El lenguaje de la Biblia, el lenguaje del Evangelio y del Nuevo Testamento en general tiene un poder infinito para cambiar la mente de las personas que viven esclavizadas por el mundo. Un poder infinito porque no es simplemente un lenguaje, es el lenguaje con que habla el Logos, el mismo por Quien se ha creado de la nada a esa persona con la que hablamos.
Yo creo que lo que la gente no entiende es el lenguaje pseucatólico de estos dos últimos decenios, pelagiano, aburrido, moralista y sincretista.
El lenguaje pedante de los teólogos de moda es insoportable, y estéril, porque está desarraigado de la Palabra. Y ha hecho mucho daño al impregnar el apostolado de muchísimos católicos. Entiendo que a este lenguaje pseudocatólico se refiere principalmente tu artículo, y en esto llevas desde luego razón.El lenguaje católico no bíblico ni tradicional, sino pseudoteológico, aburre hasta las piedras.
Pero el lenguaje divino de la Palabra, bíblico y tradicional, es perfectamente inteligible, porque procede precisamente del logos, y es atemporal, clarísimo, universal. Todo el mundo entiende lo que es el perdón, el arrepentimiento, el infierno... Y lo que es la Gracia lo entienden si se les explica bien, de forma verdadera y auténtica, según el Magisterio.
Creo que lo que hemos de hacer es "alzar" a la gente, educarla en ese lenguaje que tanto necesitan por ser un lenguaje diferente, sacro, distinto del mundo, de ese mundo del que están hastiados.
lo sacro ha de ser distinto del mundo. Y es lo que necesita la gente. La diferencia, la novedad radical que trae Cristo y su Palabra.
Porque si nuestro lenguaje apostólico es el mismo que el lenguaje del mundo, ¿cómo vamos a atraerles, a mostrarles a Cristo, si ven en nosotros los mismos conceptos, las mismas expresiones, las mismas ideas, pero cambiadas hacia la fe? Eso no da resultado.
Fíjate lo que se dice en Romanos 12, 2: " No tomen como modelo a este mundo"
Gracias por tus palabras y amabilidad y disculpa lo pesado que es tu amigo Alonso.
Un abrazo muy fuerte en Cristo
¿Disculparte? Todo lo contrario, mi total agradecimiento, Alonso.
ResponderEliminarDel diálogo se aprende y eso es para mi algo maravilloso. De nuevo comparto al 100% lo que dices. Para hablar con no creyentes y alejados se suele utilizar un lenguaje desprovisto de mensaje definido. Es ambíguo, relativizador y sobre todo... bajo la apariencia de comunicación solo hay vacío.
Das en el clavo perfectamente. Este lenguaje desprovisto de mensaje no sirve para nada porque busca una aparente armonía, que es vacío y una aparente tolerancia, que es desafecto. No van por ahí mis apreciaciones y es estupendo que me permitas refinar la entrada en este sentido.
Te pongo un ejemplo, hace tiempo charlando con un grupo de personas sobre la parábola de los obreros de lo hora undécima, me dí cuenta que estas personas conocían la parábola, reconocían los personajes y la situación, pero seran incapaces de imaginar la situación tal como Cristo expuso. Entendían la parábola desde presupuestos de lucha de clases y de marxismo sobrevelado. Al final sus conclusiones eran un dislate por todas las partes. Mis alternativas eran para ellos músca celestial que no respondía a la realidad. ¿Que les pasaba? Simplemente los símbolos que Cristo utilizó los entendían desde su cotidianidad y su ideología. A ver. Me dí cuenta que si quería comunicar con ellos y explicarles lo que yo entendía en la parábola, no que quedaba más que abstraer la situación y sus personajes. De otra manera siempre caerían en lo que conocen. Indudablemente en ese momento no supe buscar alternativas, pero lo que si obtuve fue una evidencia de incomunicación que me impedía utilizar el lenguaje bíblico tal cual. No me valía hacer referencias a la Tradición, a los primeros Padres, al magisterio, etc. Ellos desconocían esas referencias y no estaban dispuestos a "perder" el tiempo desvelando un supuesto secreto que era solo humo de mi imaginación.
Esto mismo me ha pasado en varias ocasiones y en la última apareció el concepto de "jerga católica" como evidencia de que lo que yo decía era pura vacuidad ininteligible para mi interlocutor. ¿Como mostrarle a esta persona que detrás de la aparente "jerga" hay un inmenso e insondable Misterio que le llenaría el alma? Me harían falta parábolas yu símbolos adaptados a la vida de esas personas, que no perdiéran ni un ápice del Mensaje.
Confieso mi incapacidad para dar respuesta al reto. Reto que también nos plantea el Santo Padre. Sin duda el Espíritu Santo tendrá que echarnos una mano o no podremos hacer nada. Como comenté, esta realidad me recuerda el suceso de areópago e incluso San Pablo se vio imposibilitado de hacer más ante los griegos que estaban dispuestos a oirle. Nos haría falta una nueva escuela de Alejadría, capaz de transmitir el evangelio y el Mensaje con el lenguaje que son capaces de entender estas personas.
Sobre la cita de Romanos que indicas ... mmm... si la tomamos en sentido literal, el mismo Cristo la incumplía al tomar con asiduidad con modelo el mundo desde la cotidianidad de sus interlocutores. Me parece que a lo que se refiere San Pablo es al modelo que buscamos ser, no a las herramientas que podemos utilizar para dialogar. El ejemplo que suelo poner para discenir estas cuestiones es una estátua bella y maravillosa. Es de piedra, pero representa un modelo que no es de piedra. Podemos utilizar una piedra u otra, mientras el modelo no cambie. Dime si me equivoco.
En fin, espero estar depurando esta tesis que no es nada fácil de discernir. No dudes en replicarme tantas veces como quieras, Alonso. Es un placer aprender dialogando :)
Gracias Alonso
Amigo y hermano en Cristo, Miserere,
ResponderEliminarcomo muy bien dices, sin la ayuda del Espíritu no podremos clarificar nada en este tema, que parece se va definiendo y perfilando.
Veo que compartimos lo esencial, que es que el lenguaje bíblico y tradicional es insustituíble.
Es muy cierto todo lo que dices de ese lenguaje desprovisto de mensaje y soso que busca una aparente armonía. De acuerdo totalmente contigo en el rechazo de ese lenguaje teológico pseudocatólico y tibio.
Dices: "Sobre la cita de Romanos que indicas ... mmm... si la tomamos en sentido literal, el mismo Cristo la incumplía al tomar con asiduidad con modelo el mundo desde la cotidianidad de sus interlocutores"
Miserere, lo que el Señor hacía era hablar "del" mundo, pero no hablar "como" hablaba el mundo ni conformar su predicación a él.
De hecho, la impresión que la predicación del Señor causaba era la de un lenguaje absolutamente nuevo, incomparable, que dejaba a todo el mundo estupefacto y parecía una locura.
El Señor y los apóstoles, y los santos, no intentan acomodación del lenguaje de la fe al lenguaje del mundo.
Buscan la comunicación, como san Pablo en el aerópago, pero no la acomodación del lenguaje divino al lenguaje del mundo. Choca con muchos, pero hay griegos que se convierten.
Hablaban del mundo, pero no como el mundo. Fíjate lo que dice la Escritura en Juan 7, 46 acerca de la predicación de Jesús:
"Jamás un hombre ha hablado como habla ese hombre".
La diferencia total del lenguaje del mundo y el lenguaje de la fe cristiana responde al Plan divino, y no hemos ni de intentar atenuarla, para hacer comprensible lo que es locura y misterio, ni suavizarla, como tú mismo reconoces en tu comentario. La fe no atenta contra la razón, antes bien la perfecciona, pero esencialmente es oscura y misteriosa y viene por Gracia, no por razón ni por entendimiento. Es locura a ojos del mundo.
Así nos lo enseña la Escritura:
"Dios ha preferido salvar a los creyentes por medio de una doctrina que parece una locura" (1 Cor 1, 21)
Darle importancia excesiva al lenguaje, como hacen los teólogos mundanos de estos últimos decenios, buscando ingenio persuasivo y estrategias semánticas para "normalizar" el escándalo de la Cruz de Cristo y propiciar la sintonía mundo-Cristo, desvirtúa el poder de esa locura, que es la cruz de Cristo, que es escándalo y piedra de tropiezo. Como tú bien dices: " El Mensaje debe ser transmitido con toda fidelidad en todas sus dimensiones. Guste, escueza, duela o maraville"
Y debe ser así:
Evangelizar "sin alardes literarios, para que no se desvirtúe la cruz de Cristo" (1 Cor 1, 17)
Por esto creo que responde al Plan de Dios que la doctrina cristiana parezca "una locura" (1 Cor 1, 21)
Un abrazo en el Señor, desde su Madre Inmaculada
Estimado Alonso, tengo un ratillo tranquilo para contestarle. Gracias ante todo por continuar el diálogo.
ResponderEliminarVuelvo a compartir lo que indica. No tengo problema alguno en hacerlo porque, a Dios gracias, tengo la formación necesaria para entender el lenguaje que utiliza y asimilar el mensaje que me transmite.
Pero. ¿Que sucede a quienes con el mismo lenguaje entienden otras cosas o simplemente no entienden nada? Esa es la pregunta que trato en este entrada de blog.
El ejemplo que indicaba en mi anterior contestación implicaba que los mismo símbolos que utilizó Cristo en la parábola de lo obreros de la hora undécima, hoy en día y para algunas personas, tienen otro significado. Entienden desde la lucha de clases lo que en la época de Cristo era evidentemente otra cosa.
Otro ejemplo que por desgracia es recurrente, lo tenemos en el episodio de la mujer adúltera que querían lapidar. Hoy en día las palabras de Cristo, "yo tampoco te condeno" se entienden de forma muy diferente a lo que en tiempos de Cristo se entendían. Esto lleva a que muchas personas sean incapaces de penetrar en algo que hace 20 siglos era evidente.
El problema está en el lenguaje que utilizamos sin darnos cuenta muchas veces. El mensaje no llega a quienes nos escuchan y esto sucede porque el entendimiento que tenemos es diferente. Sin la capacidad de transmitir claramente un mensaje, tenemos problemas impresionantes de comunicación. Pero esto no es nuevo.
Permítame ser pesado, y volverme a referir a que a los griegos contemporáneos de Cristo les pasó lo mismo. Hasta que la Escuela de Alejandría no fue capaz de "traducir" a un lenguaje que entendieran, no eran capaces de entender lo que los judíos les comunicaban. También le vuelvo a ofrecer al prueba en una simple comparación de los escrito de Clemente de Alejandría, con los de San Cirilo de Jerusalén.
El mismo Evangelios de San Juan es un Evangelio adaptado a el entendimiento de la comunidad de Antioquía y de ahí sus más que evidentes cambios frente a los sinópticos.
El lenguaje es como la piedra. Esculpir en una u otra es idéntico, mientras el mensaje y el modelo no cambien.
Por eso Cristo hablaba a sus contemporáneos por medio de parábolas. Para que por medio de símiles cotidianos, fuesen capaces de entender de manera analógica el mensaje que les quería transmitir. Quien tengo oídos que oiga, decía con frecuencia. Era el lenguaje del mundo que le rodeaba y sobre este lenguaje "esculpía" el mensaje divino que impresionaba a quienes tenían oídos para "entender".
El mensaje era lo que parecía una locura, no el lenguaje. Hablar de trigo, pescados o de sirvientes eran elementos cotidianos que eran inteligibles por quienes lo escuchaban.
Desde mi punto de vista, el lenguaje es el anzuelo que permite atraer al pez. Si Cristo hubiera hablado en lenguaje angélico, ninguna de las sencillas gentes que le rodeaban se hubieran acercado. Pero, El les hablo en la lengua que entendían, con los ejemplos cotidianos que vivían. Creo necesario ser conscientes de este problema y entender la razón por la que a veces no existe comunicación con quienes hablamos de las cosas de Dios.
Desde mi humilde punto de vista, nuestro problema actual de la Iglesia viene de otra parte. Algunas personas utilizan el mismo lenguaje bíblico, pero emplean significados que falsean el mensaje, corrompen los modelos y hacen desaparecer el Misterio.
Por eso tantas personas oyen el Evangelio y se quedan como si nada. Oyen, pero no entienden. O si entienden, entienden otras cosas. Esto es un problema considerable. Básicamente se vive cada domingo en misa. Se leen los textos evangélicos y se comentan con perspectivas del mundo actual. Esto difumina el mensaje, cuando no lo corrompe. Lo que se lee, resulta intrascendente y hasta aburrido.
Dios nos ayude y vierta sobre nosotros un poquito de Espíritu.
Un abrazo en Cristo. :)
Querido amigo miserere, yo creo que sí que entienden.
ResponderEliminarEl problema no está en el lenguaje, sino en el pecado. El rechazo de Dios.
Ese no entender es un no querer entender.
Todo el mundo sabe, por ejemplo, que el adulterio está mal, porque lo dice la voz de la conciencia, que intentan tapar, pero que por dentro les grita que el adulterio es pecado. Y así en todo.
El lenguaje bíblico y tradicional es el que mejor se entiende. Por su universalidad. Porque lo ha ideado Dios mismo. Y me dirás, ¿por qué entonces no aceptan el Evangelio?
Por el misterium iniquitatis, el misterio de no querer entender lo que Dios les dice.
Creo que no es un problema semántico, el problema es el pecado.
Gracias por el diálogo
Un abrazo muy fuerte
El pecado tiene la culpa, indudablemente, ya que nos hace tender hacia lo contrario a Dios.
ResponderEliminarIndicas muy bien que el misterium iniquitatis no es algo secundario o pasado de moda. Es más actual que nunca.
Ahora. Quizás por el hecho de mi entorno de vida, en donde el ateismo es lo normal y mis conversaciones con jóvenes, me doy cuenta que hay más que eso.
Hay uncirculo vicioso de ignorancia autoasumida, prepotencia y prejuicios. Los prejuicios que llevan a la prepotencia, la prepotencia a la ignorancia autoasumida y la ignorancia a los prejuicios.
Indudablemente podemos dejar que estas personas vivan como quieran, sin darles que pensar. Pero también podemos ponerles en un brete en el que no sepan por donde salir. Esto es lo que Cristo hacía con los fariseos y lo hacia por amor a esas personas que lo despreciaban.
El mundo ha vacunado a la sociedad contra el cristianismo y parte de la respuesta inmunitaria que despliegan se basa en el lenguaje. Si utilizamos un lenguaje para el que las nuevas generaciones han sido vacunadas, poco podemos avanzar. Pero debe haber otro lenguaje que permita que no se vayan felices a casa creyéndose el centro del mundo y que el cristianismo está superado.
Un ejemplo. Una chica me comentaba que para ella Dios no era necesario. Que no le ayudaba a nada. Ni a aprobar su carrera, ni a encontrar novio, ni a buscar trabajo. Le di toda la razón... es cierto. Ciertamente el dios herramienta que me describes no existe. Es un invento de quienes quieren crear un prejuicio en ti. Dios no es una herramienta en nuestra manos y si lo fuera, no sería Dios, sino un invento creado a nuestro gusto.
Bueno, al menos se quedó sin saber qué decir y sin prejuicios a los que agarrarse.
Hablar del dios herramienta no aparece en la Biblia, pero para una estudiante de ingeniería es algo evidentísimo. El lenguaje fue comprensible y devastador para sus prejuicios.
Otras veces el Espíritu no me ha dado la chispa necesaria, pero esa vez me echó un cable.
Pero, creo necesario recalcar que estamos hablando de la fase kerigmática del cristianismo. La fase de llamada y desequilibrio de quien se cree "salvado" por el mundo. No hablamos de las fases de catequesis y de formación cristiana. Ahí se debería enseñar el lenguaje cristiano y lamentablemente no se hace. Esto nos lleva a encontrarnos con personas que necesitan el Kerigma y ya han sido catequizados. Esquizofrénico pero real como la vida misma.
Gracias Alonso, es estupendo dialogar y acercarnos a Dios al mismo tiempo. Que Pentecostés nos ilumine y nos llene. Un abrazo en Cristo :)
Miserere, creo que éstoy entendiendo mucho mejor lo que dices después de tu último mensaje.
ResponderEliminarLo que dices es, creo, que entre la "cultura" o mentalidad en que vivimos y el Evangelio existe una ruptura tan grande que es preciso penetrar en el lenguaje de esta mentalidad o cultura actual para poder comunicarle el Evangelio.
Esto es desde luego verdad, ya lo dijo Pablo VI en su profético texto magisterial "Evangelii nuntiandi", 20:
"La ruptura entre Evangelio y cultura es sin duda alguna el drama de nuestro tiempo, como lo fue también en otras épocas.
"De ahí que hay que hacer todos los esfuerzos con vistas a una generosa evangelización de la cultura, o más exactamente de las culturas.
"Estas deben ser regeneradas por el encuentro con la Buena Nueva. Pero este encuentro no se llevará a cabo si la Buena Nueva no es proclamada"
Creo que de lo que tú estás hablando es de una pre-evangelización que predisponga a la persona a ser evangelizada.
ResponderEliminarCorrígeme si no es así.
Creo que la tradición de la Iglesia ha sido siempre adaptar el lenguaje a las formas de conocer de las personas a las que iba destinada. El propio Espíritu Santo ha adaptado el Evangelio a cada comunidad mediante el ejemplo de los santos. La vid ade los santos es la actualización más patente y actual del mensaje cristiano.
ResponderEliminarEn cuanto al rechazo al mensaje, claro, como decís, hay que distinguir entre el rechazo verdaderamente esencial y la excusa. El no entender no suele generar rechazo, sino curiosidad y pregunta, a menos que se hable de forma engreída y obtusa. Por ejemplo, si me están hablando de que la luz no es para ponerla bajo el celemín, es lógico que pregunte qué es un celemín. Pero no creo que por eso haya que decir que las linternas no se encienden para guardarlas en el armario. Quiero decir que la Escritura, pese a su aparente anacronismo, no es sólo palabras, es Cristo mismo el que llega por el oído. Tiene un poder misterioso, porque por medio de ella la gracia hace vibrar las cuerdas de nuestro corazón. Nuestro corazón reconoce la Palabra como aquel que vuelve a escuchar una melodía familiar de la infancia, como el que vuelve a escuchar, décadas después, el arrullo de su madre. Quiero decir con esto que es buenísimo explicar la Escritura, pero no sustituirla. Un ejemplo estupendo de esto fue la catequesis de Van Thuan (que en Gloria estará) en el Vaticano: "Los 5 defectos de Jesús". "Jesús no sabe de matemáticas" -decía, y a continuación comentaba la oveja perdida y las 99 en el redil, la dracma perdida y la fiesta que costaría más de una dracma, etc. ¡Kerigma puro que muestra al Señor como nuestro Salvador, en lenguaje actual, citando y explicando la Escritura!
Bueno, perdonad el rollo, pero es que el tema me parece apasionante...
ResponderEliminarY ya que he citado el kerigma, fijaos que lo que realmente genera rechazo es rozar el kerigma: acercarse de alguna forma, por leve que sea, a la idea de que Jesús es el Señor, que dio su vida para Salvarnos y que el Padre lo resucitó de entre los muertos. Cuando esto siquiera se roza, entonces genera rechazo la expresión, las formas "impositivas", el que nos creemos en posesión de la verdad o el viento de Levante: da igual, todo es una excusa porque lo que realmente no se soporta es el kerigma mismo. A veces incluso se acepta un Jesús figura histórica o incluso modelo moral, pero se rechaza a la Iglesia porque aceptarla supone aceptar a Cristo como Señor de mi vida (el kerigma, de nuevo).
Cuando esa chica, Miserere, dice que Dios no le sirve para nada, creo que está rechazando, aunque sea de lejos, el kerigma, la fe en el kerigma. Al decir que no le sirve, se está poniendo en superioridad frente a Él, ¡cuánto menos va a reconocerle como Señor!
Por eso creo que es muy acertado decir que Dios no es una herramienta, y ella lo puede comprender. Pero, ¿por qué no es una herramienta? ¿Porque no puede ayudarme a aprobar el examen, porque no puede ayudarme a encontrar novio? (hablo de la chica, claro está). No, porque la verdad es que Dios sí "sirve" para todo eso, desde aprobar a encontrar novio. Si le dices que Dios no sirve para eso, ella lo aceptará encantada, porque no se acerca al kerigma: Dios no se mete en mis cosas.
Dios no es una herramienta porque no sólo me puede ayudar a todo eso, sino que yo mismo, como persona, encuentro sentido en Él. Estoy hecho para vivir con Él, Él me ha creado para que vivamos en comusión de amor, y sólo con Él puedo liberarme de lo malo, del pecado y de la muerte, viviendo en unión con Cristo muerto y resucitado. Si no mencionamos nada que siquiera se acerque a alguno de los aspectos de esa realidad, lo aceptarán todo sin mayores problemas, pero no nos servirá de nada.
Creo que nuestro mayor problema, el problema de la Evangelización de los últimos 50 años, no es que se haya tenido poco tino en las formas, o se hayan adaptado poco las palabras o ejemplos, sino que se ha evitado el kerigma de mil formas, todo con el fin de hacer aceptable el mensaje. Y la sal se ha vuelto sosa. Aceptable, pero inane.
En fin, ya os digo, perdonad el rollo... no puedo evitarlo. Un abrazo en Cristo resucitado.
Tienes toda la razón con eso de que hay personas que han sido catequizadas pero necesitan el kerigma... es verdad, esquizofrénico pero real, como dices, y eso es precisamente la prueba de lo que se ha estado haciendo mal: evitar el kerigma.
ResponderEliminarY perdonad que sea pesado, pero he encontrado unos párrafos que vienen al pelo de esto; son unas palabras de Benedicto XVI pronunciadas en Portugal:
ResponderEliminar"A menudo nos preocupamos afanosamente por las consecuencias sociales, culturales y políticas de la fe, dando por descontado que esta fe exista, lo que por desgracia es cada vez menos realista. Se ha puesto una confianza excesiva en las estructuras y en los programas eclesiales, en la distribución de poderes y funciones; pero ¿qué sucederá si la sal se vuelve sosa?.
Para que esto no suceda, es necesario anunciar de nuevo con vigor y alegría el acontecimiento de la muerte y resurrección de Cristo, corazón del cristianismo, fundamento y apoyo de nuestra fe, palanca poderosa de nuestras certezas, viento impetuoso que barre todo miedo e indecisión, toda duda y cálculo humano.
La resurrección de Cristo nos asegura que ningún poder adverso podrá nunca destruir a la Iglesia. Por tanto nuestra fe tiene fundamento, pero es necesario que esta fe se convierta en vida en cada uno de nosotros. Hay por tanto un vasto esfuerzo capilar que llevar a cabo para que cada cristiano se transforme en un testigo en grado de dar cuentas a todos y siempre de la esperanza que le anima (cfr 1Pe 3,15): sólo Cristo puede satisfacer plenamente los profundos anhelos de todo corazón humano y dar respuestas a sus interrogantes más inquietantes sobre el sufrimiento, la injusticia y el mal, sobre la muerte y la vida del Más Allá".
Están en un artículo que me ha parecido buenísimo, aquí. Aunque el título lo veo muy negativo ("vacuna antisectas" cuando yo lo titularía "la clave para evangelizar"), el contenido me ha gustado mucho. Efectivamente, la clave para dar una buena noticia es... ¡dar la noticia, hombre!
He estado unos días más que liado y se me han acumulado respuestas. Perdón. Me pongo a ello :)
ResponderEliminarEstimado Alonso,
ResponderEliminarDesde mi humilde perspectiva, cada vez en más difícil distinguir entre pre-evangelizacióny evangelización, por eso estoy cada vez más cercano a entender que lo que necesitamos en lanza el Kerigma. Kerígma entendido como una llamada que desestabiliza la cómoda pasividad del pseudo-agnostico cseudo-creyente que cada vez es más común entre nosotros.
Las clases de religión en los colegios llegan a dar un esbozo superficial del cristianismo. Los alumnos no se quedan ni con la mitad, sus padres no tienen ni idea del asunto. En la sociedad no encuentran nada que les ayude adiscernir qué es eso tan abstracto y que les cuentan. Cada vez hay menos niños que van a las clases de religión y más personas que se informan y "forman" a base de los medios de comunicación. Las catequesis que se dan para primera comunión, hasta son contraproducentes, ya que muchos se quedan con una religiosodad infantil que está en consonancia con los sesgos de los medios.Medios que sesgan y distorsionan lo que se refiere al cristianismo. Al final, en el mejor de los casos, los jóvenes aprenden los prejuicios distorsionados que han estado oyendo toda su vida. Estos prejuicios, encima son cómodos y bien vistos socialmente.
Básicamente hablo sobre cómo hablar a la sociedad agnóstica-atea sin cultura cristiana y vacunada contra el cristianismo. :) Podemos comprobar todos los días cómo nuestro lenguaje les resbala. Como comentaba, la sociedad ha creado anticuerpos que son anti-símbolos que hacen que piensen en cosas diferentes a las que nosotros les indicamos. Háblales de virginidad y castidad... y fíjate lo que entienden. Háblales de caridad y entenderán confraternidad desafectada. Háblales de trascendencia y nos verán como seres sin juicio que imaginan cosas inexistentes., Háblales de libertad y entenderán egoístas derechos personales. Háblales de Dios y te dirán ¿Cual de ellos? ¿Para que me sirve Dios?
Creo que viene bien ser consciente de esto antes de dialogar sobre estos temas con nadie. ¿Qué puede entenderme esta buena persona? Igual que Cristo utilizó símiles de la cotidianidad de las personas, quizás nosotros podamos utilizar también símiles cotidianos para llegar con más efectividad.
Eso si... tal como he dicho: El Mensaje no puede cambiar o estaremos corrompiendo la Revelación de Dios. Después de que le Kerigma llegue y ellos se acerquen, se podrá evangelizar y catequizar convenientemente.
Feliz de seguir el diálogo. Un abrazo en Cristo Alonso :)
Estimados Longinos..
ResponderEliminarMucha tela que cortar, como decimos por el sur. Mucho que comentar. Empiezo mensaje por mensaje
Mi experiencia con las personas alejadas y descreidas, de cierta cultura, es que están muy bien preparadas para defender la comodidad de su increencia o pseudocreencia. Hay cientos de intelectuales que les suministras escusas y postulados para defenderse del Mensaje de Cristo.
El mismo texto de los 5 defetos de Jesús es inviable de utilizar con estas personas. No les desequilibra nada. Más bien les confirma todos su prejuicios.
Nos dirán ¿Dios va se injusto? Vamos. A cada cual lo suyo. Vaya Dios ese que no sabe contar o le importa más el "tonto" que el "listo". Esto no es medievo en que había que convencer al pobre para que siguiera dominado por los poderosos...
Cada vez hay más cultura anticristiana y los argumentos están más perfeccionados.
Por otra parte, yo no creo que el rechazo sea algo realmente consciente, sino que se ajusta a un cómodo prejuicio que resulta socialmente valorado. Ser cristiano es se un paria ¿Quien con cultura quiere ser un paria? Nos parecemos mucho a los griegos con que se encontró San Pablo en el Areópago.
Cada vez hay más personas cultas y por lo tanto, capaces de defender argumentalmente sus deseos de ignorar la palabra de Dios. Es evidente que lo que trae problemas no es atractivo para nadie, hoy en día.
Otra cosa es econtrarte con alguien roto y necesitado de razones y entendimiento. Ahí si se cumple que Cristo vino dar darse a los más pobres, en todos los sentidos. Los ricos, los que se bastan a si mismos, se vuelven cabizbajos ante la necesidad de despojarse de si mismo y su comodo entendimiento mundano.
Como dices perfectamente, hay personas con curiosidad. ¿Como tú, tan tan tan, eres creyente? ¿Católico? ¿Fiel a la Iglesia? ¿Cómo es posible? Si ante esa curiosidad, le respondemos en nuestra jerga, se rien y su curiosidad se convierte en evidencia de que los prejuicios que les han implantado son totalmente ciertos. ¿Cómo hacer que, al menos, se vayan desestabilizados? Esto les puede predisponer a seguir indagando. Si se van ufanos... no hay nada que hacer. Los fariseos de tiempode Cristo se iban refunfuñando de cómo les toreaba, no se iban con sentimiento de vencedores.
Sigo con el siguiente mensaje...
Cierto que el tema es apasionante. Digno de hablarlo y reflexionarlo toda la vida, estimado Longinos :)
ResponderEliminarEl ejemplo de la chica, lo puse porque se fue descolocada. ¿Cómo podía darle la razón y crearle una segunda pregunta que no se atreve a exponer?
Si Dios no es una herramienta ¿Qué es? Muchas personas lo creen, hasta personas que aparentemente son católicas al 100%. ¿Por qué no es una herramienta? Ahí viene lo que Alonso tan certeramente indicó: la doctrina de Cristo es un escándalo. Es dura. Dios no sirve para nada, nosotros somos quienes le servimos a El. En no es la herramienta, nosotros somo Su herramienta. Pero esto quedaría para la catequesis, no para decírselo así tal cual. Pasaría como cuando Cristo le dijo que "Quien no como de mi carne y beba de mi sangre..." La chica saldría espantada ante una locura de tal embergadura.
Dicho de una forma más evangelizadora: Dios no es herramienta sino que nos da las herramientas que necesitamos para llegar a los fines que nos tiene asignados. Pero esto tampoco resulta especialmente atractivo para una chica contemporánea. Vamos hacia el Kerigma: Dios no es una herramienta, pero sin El ¿Cómo sabes que es lo que necesitas realmente para llegar a tus deseos? ó bajando un escalón más: esos deseos que tienes y por los que luchas ¿Te harán feliz para siempre? ¿Tienes pruebas? ¿Tanto esfuerzo para algo de lo que no tienes pruebas o incluso tienes muchas en contra? En el puzzle falta algo, muchacha ¿Qué falta? :)
En fin la conversación fue mucho más corta, pero reflexionando he dado con estas posibles preguntas intencionadas. :-)))
Tienes toda la razón, Longinos. La sal se ido volviendo sosa. Se ha ido haciendo socialmente cómoda, aceptable, fácil, comprometida en apariencia,... etc. De todas formas, el Espíritu no descansa y sabe cómo y dónde aletear convenientemente. Ser cristiano es tener un baúl lleno de esperanza.
Sigo con el siguiente mensaje ...
Comparto lo que indicas. La Kerigma se ha olvidado. Kerigma entendido de forma similar al estupendo artículo que comentas: como esas palabras que descubren el vacío interior que tenemos que llenar. Vacío que se busca ocultar o reemplazar por otras cosas más "útiles" socialmente hablando.
ResponderEliminarRecobrar el pulso es complicado, ya que prácticamente lo perdimos en el siglo VI cuando el Imperio Romano se hizo oficialmente cristiano y ser cristiano se convirtió en uan exigencia social, más que una necesidad de nuestro ser. Estado ya no nos saca las castañas del fuego, todo lo contrario. Ahora tenemos que ser nosotros mismos quienes entremos en escena.
Es normal que estemos desconcertados y desorientados. Llevamos poco tiempo viviendo en una sociedad que se descristianiza por momentos. Pero tenemos al Espíritu de nuestra parte. No nos debemos olvida de que por nosotros nada podemos, mientras que como herramientas podemos se muy útiles en manos de Dios. A ver cómo lo hacemos-
Muchísmas gracias por compartir tus pensamientos y contribuir al diálogo. ¿Quien dijo que cuando dos o tres se reunen en Mi Nombre, yo estaré enmedio de ellos?
Un abrazo en Cristo :)
Creo que el kerigma, más que pre-evangelización, es el núcleo mismo de la evangelización, el anuncio expreso del Evangelio, del que deriva todo lo demás. "Si proclamas con tus labios que Jesús es el Señor y crees en tucorazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo".
ResponderEliminarEl kerigma puede desestabilizar, puede ser rechazado, puede indignar, puede ser despreciado. Pero el kerigma es sólo este mensaje: "Jesús es el Señor, que murió para librarnos del pecado y de la muerte, y que fue resucitado por Dios de entre los muertos". Es el anuncio de San Pedro en Pentecostés, por el que muchos se convirtieron y fueron bautizados. Luego viene la catequesis y la enseñanza moral.
Es lo que empezaba a enseñar Pablo en el areópago, cuando, justo al hablar de la resurrección de Cristo, muchos se largaron. ¿Por qué? Había adaptado su discurso, pero ahora tocaba el kerigma. Y el pecado nos hace rechazar el kerigma.
A lo mejor estoy diciendo obviedades que para ti están muy superadas. Bueno, a mí esto de escribir me ayuda a reflexionar.
Bendiciones.
Creo que los rechazos que describes no son en general rechazos al formato, sino rechazos a la esencia. Y tampoco creo que haya cada vez personas más cultas, todo lo contrario, cada vez hay más personas que se creen cultas porque saben cuatro estupideces falsas, pero que no son cultas para nada. Cualquier maestro de pueblo de hace 80 años era más culto que la inmensa mayoría de los catedráticos de hoy día. Y mira a los universitarios, incluso -o sobre todo- a los de historia o filosofía, no encontrarás gente más inculta. Hace poco hablaba con un profesor de filosofía, y por todo argumento contra una visión filosófica de la ciencia, me decía que "ya estaba superada". Ni los sofistas eran tan incultos.
Yo no me empeño en enfrentarme con el mundo, al contrario, sé que hay que valorar todo lo bueno, pero llevamos décadas moldeando el mensaje a su medida y no ha servido para nada. En cambio, los que anuncian el kerigma tienen éxito: los neocatecumenales, los carismáticos, los focolares, hasta muchos protestantes. Los que testimonian la vida con Cristo, su salvador.
El mensaje no es para los ricos, no puedes llegar a nadie en su riqueza. Pero es que todos somos pobres, todos necesitamos a Cristo. San Ignacio decía que hay que creer, porfe, quentoda alma está sedienta de que le hablen de Cristo, aunque aparentemente lo rechace. Muchas veces, el mensaje de Cristo mismo fue rechazado. Tú mismo has citado la ocasión de cuando dijo "si no coméis mi carne y bebéis mi sangre, no tendréis vida en vosotros".
Estimado Longinos,
ResponderEliminarEn esencia pensamos de igual forma, tan solo hay algunos detalles que diferencian nuestros puntos de vista y que se ajustan a lo que entendemos y vivimos. Lo que significa enriquecimiento mutuo. No te preocupes de reflexionar a golpe de teclado :)
El kerigma tiene que ser lanzado. No seré quien lo discuta. Además debe ser lanzado con toda su fuerza y veracidad. No podemos cambiar su formato ni su mensaje.
Siguiendo con el ejemplo del Areópago, indicas perfectamente que muchos se fueron cuando el Kerigma empezó a aparecer, pero de los que quedaron solo Dionisio vivió la conversión. El mensaje no llegó a los corazones de quienes se fueron ni a al de los que se quedaron. ¿Por qué? Porque no les servía ¿De qué tenían que salvarse? Ello eran dueños de sus vida y su conocimiento avalaba su seguridad. Los salvadores eran innecesarios para ellos. ¿Resucitar un dios? para ellos era evidente que podía hacerlo. Que un dios se paseó entre nosotros ¿No es algo normal dentro de la mitología clásica? En general, todo lo que Pablo les dijo les fue insustancial ¿No ocurre ahora lo mismo?
Si hablas de Cristo a alguien que no sabe nada de El, al menos te oirá y formará un juicio sobre lo que les cuentes. Si hablas de Cristo a un contemporáneo tiene multitud de anticuerpos creados para que el mensaje no le haga mella en su ser. Ellos "saben" quien fue Cristo. Ese saber es su cultura, aunque sea anticristiana. Un estudiante de letras puede ser inculto en historia clásica, redacción o en filología griega, pero tiene una cultura anticristiana muy bien aprendida. Cada vez hay más personas versadas en cultura anticristiana andando por las calles. Los medios y la sociedad lo están haciendo muy bien.
Lanzarles el Kerigma a estas personas hace que, con una sonrisa, se den la vuelta y se vayan. Tal vez al referirte al rechazo a la esencia te refieras a esto. El Kerigma no les desestabiliza lo más mínimo, porque no necesitan salvadores ni transcendencia para vivir. Incluso las personas catequizadas dentro de la Iglesia terminan tomando la cultura anticristiana como propia, … en gran parte porque nosotros mismos hemos dejado de crear cultura cristiana.
Mi experiencia con los lanzadores de kerigma, es que tienen mucho éxito en quienes buscan razones y el calor de una comunidad. Tal como indicas, neocatecumenales, los carismáticos, los focolares, hasta muchos protestantes toman a católicos a medias y les comunican el Kerigma de forma similar a lo que Pedro hizo en Pentecostés. Su ser necesitaba del Kerigma que les se les da.
ResponderEliminarEn estos casos, el lenguaje se adapta perfectamente y la comunicación da lugar a resultados maravillosos. Igual, igual que sucedió en Pentecostés con el discurso de Pedro.
Permíteme que vuelva a la tesis del post. Adecuar el lenguaje al interlocutor sin que con ello perdamos nada del mensaje. Hablar con cercanía, respeto y sabiendo que lo importante es que comuniquemos poco a poco el mensaje que Cristo nos legó. Conforma los recursos de internet se vaya volviendo semánticos, este "tontería" se irá haciendo crucial para llegar a otras personas.
Si google bloqueara la palabra Dios, Cristo, Cristianismo ¿Cómo podríamos llegar a comunicar en el Areópago que es internet? Dentro de poco las búsquedas se harán en contexto semántico y eso puede complicarnos la vida en la red de manera apreciable. La Torre de Babel reaparece y nos coloca a todos en nuestro sitio. Ante la Torre de Babel, solo podemos esperar que el Espíritu nos dé el don de lenguas.
¿Cómo se cristianizó la cultura griega? Si lees a los autores de la Escuela de Alejandría te darás cuenta que empiezan por emplear el lenguaje de los receptores del mensaje. Leerse la Stromata de Clemente de Alejandría es muy clarificador, pero en le Pedagogo o en Protreptico sucede lo mismo. De hecho este lenguaje se fundió con el lenguaje judío y dio lugar a obras impresionantes como las de San Agustín y las de San Ambrosio de Milán.
Gracias por tomarte el tiempo de dialogar. Es maravilloso aprender en comunidad. Es como mejor se aprende, porque vemos por medio de más de 2 ojos y entendemos por medio de más de 1 entendimiento. Iglesia, al fin de al cabo.
Un abrazo en Cristo :)
Amigo Miserere,
ResponderEliminarPerdona que siga sin ver claro el tema.
Te ruego me permitas proseguir el debate sobre este importante tema. Porque no tengo claro qué es lo que falla en todo esto, y quisiera que alcanzáramos lo verdadero.
Viendo que avanzamos poco, me decido, con la paz y la gracia de Cristo, a añadir nuevas cuestiones para el esclarecimiento de la verdad.
Vuelvo a leer tu entrada y los comentarios que hemos venido haciendo. Y aparecen en mi mente nuevas objeciones.
Dices:
"Si google bloqueara la palabra Dios, Cristo, Cristianismo ¿Cómo podríamos llegar a comunicar en el Areópago que es internet?"
Respondo:
habría que desbloquearlo, o crear un nuevo buscador y un nuevo espacio digital
En la parte inferor del blog de don Javier se dice con palabras de Juan Pablo II:
"Es necesario en Internet un espacio para Cristo
Sólo cuando se vea su rostro y se oiga su Voz el mundo conocerá la buena nueva de nuestra redención. Esta es la finalidad de la evangelización. Y esto es lo que convertirá Internet en un espacio auténticamente humano, puesto que si no hay lugar para Cristo, tampoco hay lugar para el hombre. "
(Juan Pablo II, Mensaje para la 36 Jornada de los Medios de Comunicación Social, 24-enero-2002)."
Ten por seguro que si en internet no hubiera lugar para palabras como Dios, Cristo, Gracia, etc., no habría lugar tampoco para nada verdaderamente humano, y por tanto sería un espacio esclavo del maligno.
No podemos aceptar ni resignarnos a la ausencia de la Palabra de Dios bíblica y tradicional, universal, atemporal y eterna.
Porque es conformarse a la ausencia de todo lo verdadero y auténtico. Lo humano quedaría tan dañado, tan perdido, tan en tinieblas, que internet sería un espacio maligno hasta que no volviera a estar presente el Nombre del Salvador y su Palabra.
Dices:
"solo podemos esperar que el Espíritu nos dé el don de lenguas."
Pero te objeto que:
No podemos conformarnos con que desaparezca el lenguaje bíblico y tradicional de la palabra de Dios,
y buscar "otra palabra" (apelando al don de lenguas) humanamente conformada a este siglo. Porque el don de lenguas no es para substituir por otra la Palabra Divina.
No es el don de lenguas el que sirve para el apostolado, sino el don de profecía. El don de lenguas sólo sirve, en muchos casos, al que lo recibe:
"quien habla en lenguas no habla a los hombres sino a Dios, pues nadie le entiende" (1 Cor 14: 2)
La aplicación de la doctrina a las circunstancisa temporales y su adaptación a la ocasión es propio del don de profecía,
que no es sino el carisma por el que se aplica la Palabra de Dios al momento presente:
"En cambio, el que profetiza habla a los hombres para su edificación, exhortación y consuelo."
El Apóstol nos dice qué es preferible:
"Querría que todos habláseis en lenguas, pero prefiero que profeticéis, pues el que profetiza es mayor que el que habla en lenguas".
¿Por qué? Porque al que es duro de oído, y no quiere entender, ni el ser hablado en lenguas le sirve para que entienda.
Así lo dice la Escritura:
"hablaré a este pueblo en lenguas extrañas y por labios extranjeros, y ni aún así me escucharán" dice el Señor" (1 Cor 14, 21)
Es decir, el carisma que necesitamos es el don de profecía, el propio del apostolado, que no es sino el que nos permite entender la Palabra de Dios y da la facilidad para explicarla bien y aplicarla al momento presente para edificación de la Iglesia.
Es un don que brota de la Palabra Divina y no pretende substituirla por otro lenguaje (ni aun conservando el mensaje, que no es independiente de los vocablos bíblicos y tradicionales, sino que está íntimamente unido a ellos) sino explicarla, de forma que su universalidad llega a todos, como es propio de ella.
Los católicos "tenemos muchas cosas que decir, aunque difíciles de explicar, porque os habéis hechos duros de oídos" (Hb 5, 11)
ResponderEliminarPodríamos decir a los que dicen no entendernos, (y que, no lo olvidemos, no son incrédulos, sino apóstatas)
que "os habéis hechos duros de oídos" porque adulteráis, fornicáis, abortáis... No se lo decimos, para no ofenderlos, pero sabemos que es por sus pecados por lo que son ateos y apóstatas y no escuchan la Palabra Divina que llevan escuchando desde que hicieron la comunión y que tanto critican cuando los obispos o algún buen sacerdote o laico la predica con caridad, con voz firme y sobrenatural.
Por esto, el Señor dice a menudo en su predicación. "Quien tenga oídos que oiga" (Mt 11, 15)
No estoy, pues de acuerdo, en lo de que no entienden. Lo que no quieren es entender, quieren no tener oídos. ¿Por qué no quieren oir?
Porque el que hace cosas malas, por el hecho de hacerlas, odia la verdad y no quiere escuchar la luz de la palabra.
Al hacer el mal cierran sus oídos a la Palabra de Dios y se ríen y dicen no entender (Jn 3, 20), se cierran a la luz.
¿Por qué?
Porque pecar es LO MISMO que no querer entender la palabra de Dios. Así lo enseña el Papa en Verbum Domini:
"La Palabra divina, en efecto, desvela también el pecado que habita en el corazón del hombre. Con mucha frecuencia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, encontramos la descripción del pecado como un no prestar oído a la Palabra, como ruptura de la Alianza y, por tanto, como la cerrazón frente a Dios que llama a la comunión con él.[78] En efecto, la Sagrada Escritura nos muestra que el pecado del hombre es esencialmente desobediencia y «no escuchar».
Disculpa de nuevo mi insistencia.
Un abrazo en la paz y la caridad de Cristo, y que este debate sea para mayor gloria de Dios y esclarecimiento de la verdad en provecho de todos nosotros
Un fuerte abrazo y gracias por dialogar
Amigo Miserere,
ResponderEliminarlos mensajes anteriores te los escribí esta mañana en el tren, camino del trabajo.
A la vuelta, me encontré en el tren con un profesor amigo. Conversando, me dijo que estaba asistiendo a unos talleres de oración Zen del budismo mahayana.
Hablando sobre el tema, me explicó conceptos tan extrañísimos a la mentalidad occidental como el samsara, el nirvana, la transmigración, el pranayama, el sensho, el satori, el dhyana, o el samadhi.
Mi amigo es ateo.
¿Cómo puede haber comprendido tan bien todos estos extraños conceptos budistas?
¿Acaso no ha entendido todos estos vocablos, ajenos por completo a la tradición y la cultura europea? Sí que los ha entendido.
Y pregunto: ¿Qué es más fácil para un europeo, comprender algo como el samadhi o el satori, o entender conceptos como "rebaño", pastor, oveja, reino de Dios, fe, etc., etc?
Creo sinceramente que los católicos, con buena fe, ponemos la causa del fracaso del apostolado en el lenguaje de la fe, dando por sentado que no se entiende, cuando el hecho es que lenguajes extraños y ajenos están calando peligrosamente en nuestra sociedad con velocidad vertiginosa.
Creo que esto es un ejemplo del no querer entender, no querer oir propio de los pueblos apostatas, que se abren a conceptos nuevos y extrañísimos y se cierran a lo que han oido desde pequeños, para negar a Cristo y seguir pecando.
Un abrazo
En fin, te escribo todo esto porque quiero entender, porque veo la dificultad del tema. Y es una gracia poder aprender unidos por la caridad, como bien dices.
ResponderEliminarNo me tengas en cuenta mis torpezas ni la tozudez ni lo pesado que soy.
Seguramente es un tema que no entiendo bien, o tal vez me sobrepase, por lo que pido luces al Espíritu.
Un abrazo muy fuerte y gracias en el Señor
Hola de Nuevo Alonso,
ResponderEliminarGracias por seguir el diálogo. Creo que lo que no encaja en el asunto es el contexto. Desde hace 16 siglos vivimos en una sociedad aparentemente cristiana en la que el cristianismo estaba imbuido en todos los niveles de la existencia. Pero esto está cambiando rápidamente. Cada día hay más personas con una cultura anticristiana aprendida desde pequeñitos y menos personas con un nivel de cultura cristiana suficiente para entendernos. Al sociedad lo evidencia mucho mejor que mis palabras.
Ya no hay pastores en la vida cotidiana. Hace tiempo, en una misa, un sacerdote preguntó a los niños qué hacían para buscar agua y todos dijeron que abrir el grifo. ¿Y si no sale agua? Se compra. ¿Y si tuviéramos que andar 10Km para coger un poco de agua para beber? Risas... eso no puede pasar, contestó uno. ¿Cómo pueden entender estos niños lo que le ofreció Cristo a la Samaritana? Le ofreció un agua que le quitaría para siempre de penalidades y sufrimientos. ¿Qué tuvo que sentir la samaritana cuando se lo ofreció? Para ella era algo tan inmenso y maravilloso que era capaz de volverse loca. No te cuento lo que nuestros niños y jóvenes descritianizados sacan como conclusión de un episodio evangélico que les resulta tan lejano como insustancial. En todo caso, para muchos, la samaritana fue benevolente con Cristo, como me dijo una vez un conocido.
La pregunta es cómo transmitir la misma emoción que Cristo transmitió a la samaritana a quien tiene una cultura anticristiana adquirida desde pequeñito. No hablo de quienes son conscientes de su anticristianismo, sino de quienes lo han bebido junto con el biberón y se siente seguros de lo que saben. No se plantean que estén equivocados.
Sobre tus otras preguntas, sigo con la de google. Ahora mismo existe una jerarquización de búsqueda de entradas en google que es secreta. No sabemos cómo se priorizan unas respecto de otras. Si dentro de poco esta priorización se personaliza según las palabras que cada persona usa en sus paseos por internet. ¿Que sucede? ¿Puedes perdir a Google que se inmiscuya en la jerarquización personal? Te dirán que son datos reservados que no puede utilizar. Ya sucede en Facebook, en donde te muestra la propaganda adecuada a tus escritos. El cristiano recibirá mucho cristianismo, el ateo mucho ateismo. Pero un mensaje de un cristiano a un ateo, podría ser retenido porque contiene una serie de palabra inadecuadas. Si ese ateo no sabe nada de cristianismo ¿Cómo hacerle llegar el Mensaje? Al final, la tolerancia se sostiene en base al desconocimiento de quienes nos incomodan.
...
Seguramente mi capacidad en comunicación sea limitada y por eso cueste discenir tanto lo que quiero decir. En todo caso, disfruto dialogando y entendiento, por lo que agradezco que vuelvas al tema todas las veces que quieras. Faltaría más :)
ResponderEliminarUn abrazo en Cristo. Gracias :)
Alonso, te contesté sobre el primero de los mensaje, ahora leo los otros :)
ResponderEliminarCaii estabamos en chat. :)
Sobre los conceptos budistas, acepto que los entiendas y que los comprendas.
Pero una persona anticristiana ¿Cómo reacciona cuando le hablas de pecado? Seguramente te suelta lo que ha oido en la radio, la tele o ha leido en los libros de cualquier anticristiano. Te entiende... sí, pero tiene los anticuerpos necesarios para no sentirse concernida.
Igual te ha pasado con el budismo. Tu amigo te ha explicado, tu has comprendido y no te has sentido fuera de sitio cuando te comentó que era el Nirvana, ni la rueda de Samasara, ni los agregados psicológicos, ni la psicología subyacente al budismo. Simplemente entendiste y nada más. ¿Por qué? Por que su doctrina no te cuestiona existencialmente. Estás vacunado contra otras religiones.
Lo mismo pasa con las personas anticristianas. Están vacunadas. Oyen, comprenden y no les afecta mientras no les pidas que se conviertan. Entonces saltan igual que saltarías si tu amigo budista te pide conversión.
Ahora, el problema es que el cristiano busca transformar el mundo en Reino, cosa que el budista no. Por eso incomodamos al no podernos tener recluidos en nuestros templos sin dar la lata social y política. Los budistas pasan de todo eso y por eso no molestan.
Otro abrazo adicional... no molestas en absoluto. En maravilloso dialogar
Miserere,
ResponderEliminarel propio Magisterio de la Iglesia nos advierte de los peligros de todo cambio de terminología en la expresión del mensaje de la doctrina de la fe.
Así lo enseña Pío XII en Humani generis:
“Nadie ignora que los términos empleados, así en la enseñanza de la teología como por el mismo Magisterio de la Iglesia, para expresar tales conceptos, pueden ser perfeccionados y precisados;
"y sabido es, además, que la Iglesia no siempre ha sido constante en el uso de aquellos mismos términos. También es cierto que la Iglesia no puede ligarse a un efímero sistema filosófico;
pero las nociones y los términos que los doctores católicos, con general aprobación, han ido reuniendo durante varios siglos para llegar a obtener algún conocimiento del dogma, no se fundan, sin duda, en cimientos tan deleznables. Se fundan, realmente, en principios y nociones deducidas del verdadero conocimiento de las cosas creadas; deducción realizada a la luz de la verdad revelada, que, por medio de la Iglesia, iluminaba, como una estrella, la mente humana.
"Por eso no es de admirar que algunas de estas nociones hayan sido no sólo empleadas, sino también aprobadas por los concilios ecuménicos,
de tal suerte que no es lícito apartarse de ellas.
11. Por todas estas razones, pues, es de suma imprudencia el abandonar o rechazar o privar de su valor tantas y tan importantes nociones y expresiones que hombres de ingenio y santidad no comunes, bajo la vigilancia del sagrado Magisterio y con la luz y guía del Espíritu Santo, han concebido, expresado y perfeccionado —con un trabajo de siglos— para expresar las verdades de la fe, cada vez con mayor exactitud,
y (suma imprudencia es) sustituirlas con nociones hipotéticas o expresiones fluctuantes y vagas de la nueva filosofía, que, como las hierbas del campo, hoy existen, y mañana caerían secas; aún más: ello convertiría el mismo dogma en una caña agitada por el viento.
"Además de que el desprecio de los términos y nociones que suelen emplear los teóricos escolásticos conducen forzosamente a debilitar la teología llamada especulativa, la cual, según ellos, carece de verdadera certeza, en cuanto que se funda en razones teológicas.”
Esta claro, Miserere, que mensaje y lenguaje son cosas distintas, pero en la Palabra de Dios, en el lenguaje de la fe, van tan íntimamente unidas que no es posible desunirlas sin grave perjuicio de la fe.
ResponderEliminarAsí lo enseña Pablo VI , con los argumentos tradicionales, al defender en la encíclica Mysterium fidei (1965) el lenguaje propio de la doctrina católica sobre la Eucaristía:
«“Los filósofos hablan libremente [dice San Agustín], y en las cosas muy difíciles de entender no temen herir los oídos religiosos.
"Nosotros, en cambio, debemos hablar según una regla determinada, no sea que, con el abuso de las palabras se engendre alguna opinión impía aun sobre las cosas por ellas significadas” [...]
«Así pues, la norma de hablar que la Iglesia, con un prolongado trabajo de siglos, no sin ayuda del Espíritu Santo, ha establecido, confirmándola con la autoridad de los Concilios, norma que con frecuencia se ha convertido en contraseña y bandera de la fe ortodoxa, debe ser religiosamente observada,
""y nadie, a su propio arbitrio o so pretexto de nueva ciencia, presuma cambiarla.
«Porque esas fórmulas, como las demás usadas por la Iglesia para proponer los dogmas de la fe, expresan conceptos no ligados a una determinada forma de cultura ni a una determinada fase de progreso científico, ni a una u otra escuela teológica, sino que manifiestan lo que la mente humana percibe de la realidad en la universal y necesaria experiencia, y lo expresa con adecuadas y determinadas palabras tomadas del lenguaje popular o del lenguaje culto. Por eso resultan acomodadas a todos los hombres de todo tiempo y lugar»
Miserere,
ResponderEliminarsiempre ha existido en la Iglesia un gran celo por conservar el lenguaje bíblico y tradicional, sabiendo que su abandono implicaría una perturbación del mensaje al que va íntimamente ligado.
Memorable es la preocupación de la Iglesia para que las palabras y la terminologia precisa, sacra e intemporal y universal de la fe católica sean respetadas absolutamente.
Así el Concilio III de Constantinopla (681), termina solemnemente:
«Habiendo, pues, nosotros dispuesto esto en todas sus partes con toda exactitud y diligencia, determinamos que a nadie sea lícito presentar otra fe, o escribirla, o componerla, o bien sentir o enseñar de otra manera».
Y advierte a quienes «se atrevieren a introducir novedad de expresión o invención de lenguaje para trastorno de lo que por nosotros ha sido ahora definido» (DS 559).
Creo que es lícito buscar nuevas formas de explicar el lenguaje de la fe, pero este lenguaje no puede substituirse por otro ni alterarse sin grave daño para el mensaje.
Un abrazo en el Señor y gracias por tu paciencia amabilidad
Tal vez a lo que te refieres sea a cambiar el metalenguaje, por así decir, la forma de hablar y explicar no el mensaje sino el lenguaje con que este es expresado por la Iglesia Universal.
ResponderEliminarEs decir, el metalenguaje, el lenguaje que explica el lenguaje con que se transmite el mensaje,
las palabras con que expone el lenguaje bíblico y tradicional el mensaje divino.
Y en esto creo que sí puedo estar de acuerdo. En que hemos de encontrar formas actuales con que explicar el lenguaje bíblico y tradicional que va íntima e inseparablemente unido al Mensaje revelado.
Es decir, creo que se pueden idear imágenes y formas expresivas que expliquen el lenguaje, imágenes y terminología sacra en general con que la Iglesia expresa la Verdad.
Hola de nuevo Alonso :)
ResponderEliminarCreo que sería necesario concretar una serie de premisas antes de continuar el diálogo, ya que se evidencia que hemos entrado en "oscilación" :)
a) Mi tesis no propone cambiar el lenguaje de la Iglesia. Nada más lejos de la realidad, tan solo indica que la comunicación se realiza siempre que emisor y receptor poseen un mismo protocolo y codificación.
b) No trata de evangelizar o catequizar con nuevo lenguaje. Mi tesis se ajusta a la comunicación con quienes tienen curiosidad, pero parten de una prejuicios, entre los que está le lenguaje que utilizamos. Adicionalmente hay personas aparentemente católicas, pero desconocedoras del lenguaje de la Iglesia. Para rectificar malas interpretaciones y prejuicios, a veces es necesario hablarles con imágenes y ejemplos de su cotidianidad que exceden el lenguaje bíblico. Indudablemente estas personas necesitan un nueva evangelización y nueva catequesis.
c) Mi tesis se sostiene en una petición del Santo Padre, que inscribe dentro de las dos premisas previas.
(... sigo)
Pasando al asunto del metalenguaje. Es decir, un lenguaje que habla de otro lenguaje, depende de cómo entiendas el sistema para decirte si coincide con lo que digo, o no.
ResponderEliminarDesde mi comprensión, mensaje y lenguaje son dos elementos diferenciados y separados. Esto lo he atestiguado con los ejemplos de los Evangelios y la Escuela Alejandrina.
Pero comprendo que mi entendimiento se basa en premisas que puedes compartir o no. Sobre todo si eres consciente de la riqueza del lenguaje de la Iglesia. Creo que por eso ligas mensaje y lenguaje de una manera tan estrecha. Tal como he indicado, estoy al 100% de acuerdo si se habla comunicarse intra-eclesialmente. El problema viene cuando nos proyectamos hacia afuera, donde es necesario utilizar un lenguaje que el receptor, no solo comprenda, sino que domine.
Esto implica una poliglosis que no es nada sencilla de realizar y que, tal como he comentado, necesita del Espíritu para llevarse a cabo y por medio de todos los dones que nos regala.
(Sigo...)
He realizado un experimento sobre el asunto en mis blogs:
ResponderEliminarhttp://misteriocristiano.blogspot.com/2011/06/que-tiene-que-ver-un-aparato-de-radio.html
y
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=16082
El artículo es el mismo, con pequeñas adaptaciones. ¿Qué tiene que ver un aparato de radio con la voluntad de Dios?
¿Dónde se liga la Gracias, voluntad y un aparato de radio, en las escrituras. En ningún sitio.
La primera parte es un texto de San Gregorio de Nisa, maravillosamente inteligible para quienes dominamos el lenguaje católico y sobre todo el lenguaje patrístico. Las segunda parte es una explicación en línea de catequesis básica. La tercera es una aproximación para quien se ha quedado fuera de juego en las dos anteriores.
A ver si vamos ajustando los entendimientos, que no están tan lejos uno de otro. :)))
Gracias por continuar el diálogo Alonso. Que Dios te bendiga :)
Leeré con sumo gusto tu entrada, Miserere, y luego seguiremos el debate y comentaré lo de las premisas.
ResponderEliminarCreo e intuyo que pronto llegaremos a algunas conclusiones válidas y dejaremos tal vez de oscilar. Aunque la separación lenguaje y mensaje no te la puedo aceptar sin presentar batalla :)
Hay que discutirla (Creo que el magisterio de la Iglesia que te he expuesto la descarta "en esencia" a priori, como has podido leer.
Me parece que el tema se puede ir resolviendo apelando al concepto de metalenguaje, creo que por ahí van los tiros.
Porque sospecho que con el símil de la radio lo que quieres es explicar palabras y expresiones bíblico-tradicionales, es decir, explicar el lenguaje de la revelación, aunque sin proponértelo tal vez, (hacer metalenguaje, que decimos los filósofos)para así, de esta forma, transmitir el mensaje Divino.
Un abrazo muy fuerte en el Señor y que nuestro debate sirva para dar gloria a Dios
Tengo la casi certeza, estimado Alonso, que el problema que tenemos para entendernos es de lenguaje :)
ResponderEliminarEs muy probable que el concepto de lenguaje que utilizo, (tecnologías de la comunicación), difiera del concepto de lenguaje de la filosofía.
Hablamos en la misma lengua, con los mismos signos y símbolos, pero lo que entendemos es diferente. Necesitamos un mismo protocolo, código y contexto interpretativo (lenguaje) para que podamos comunicarnos. De otra forma, estaremos dando vueltas eternamente :-)))
Ya me cuentas. Un abrazo en Cristo :)
Estimado Miserere, he leído tu entrada y me ha gustado.
ResponderEliminar(Leo tu reseña biográfica y compruebo que tenemos el mismo número de hijos (3) casi la misma edad (yo nací en el 66) y que hemos estudiado en el mismo colegio. También me ha resultado curioso comprobar que el servicio que prestamos a la iglesia, actualmente, se centra en el terreno del apostolado por la web.)
Pero volviendo al tema que nos ocupa.
Tu entrada me ha gustado, la verdad.
Es bíblica (citas el importante pasaje Rm 12,2)
y también tradicional (el impresionante texto de San Gregorio de Nisa)
También es correcta según el Magisterio de la Iglesia: hablas de la importancia decisiva de la Gracia, la flaqueza e indigencia de las fuerzas puramente humanas, etc.
Lo único que yo añadiría con tu permiso es que al decir que "fuerza personal y voluntad son necesarias" hay que aclarar que han de ser también movidas por la Gracia, no son autónomas, necesitan del auxilio divino igualmente.
El esfuerzo y el interés de sintonizar es igualmente movido por la gracia, libremente aceptada. Todo es Gracia. Es Dios quien fija la sintonía y el deseo y la fuerza de sintonizar.
La imagen de la radio me parece buena, clarifica bien lo que es vivir en sintonía con Dios, y cómo sintonizados con Dios la música de nuestra vida suena.
En esta entrada no has creado un nuevo lenguaje, sigue siendo bíblico y tradicional. Lo que has hecho ha sido explicar una expresión de la mística cristiana (la voluntad de Dios) con una imagen actual. No has substituído por otro el lenguaje de la fe, sino que lo has explicado con palabras actuales. Estas palabras explicativas (con su metáfora incluída) no tienen porqué estar sacadas de la Escritura. Lo que hacen es explicar la Escritura.
Esto es perfectamente lícito y no tengo nada que objetar. Estás haciendo metalenguaje. estas explicando el lenguaje de la escritura con una imagen que aunque no sea de la Escritura sí está orientado a clarificarla.
Distinto es que hubieras pretendido substituir la noción de "voluntad de Dios" por otra.
Pero lo que has hecho es explicarla con una imagen, referida a la Escritura y la Tradición. Creo que muy bien, precisando que el deseo de sintonizar y el esfuerzo de hacer proceden igualmente de la Voluntad de Dios, que no es algo ajeno a todo ello.
Con lo que has hecho en esa entrada estoy de acuerdo.
Hola Alonso,
ResponderEliminarSeguro que nos hemos cruzado cientos de veces por el colegio San Felipe :) Por otra parte, creo que ya hemos encontrado el problema de lenguaje que impedía comunicarnos. La propia palabra lenguaje significa cosas diferentes para ambos, lo que nos llevaba a interpretar erroneamente lo que el otro indicaba. Desde mi formación, lo que nos pasaba era que utilizábamos lenguajes diferentes, aunque sustentados sobre la misma lengua.
Desde el punto de vista filosófico no estoy capacitado para defender el concepto de lenguaje, lo confieso y admito directamente. Así que, el asunto puede quedar delimitado dentro del ámbito en que este artículo esta realizado, las tecnologías de la información.
Saltando al artículo que te indiqué, la utilización de elemento tecnológico como simil (aparato de radio) hace que quienes desconocen este elemento sean incapaces de entender lo que les pueda comunicar por medio de este simil. Este lenguaje tecnológico actual permite transmitir un mensaje que es, esencialmente, el mismo que transmite San Gregorio Magno en su texto. Si leemos el texto de San Gregorio a una persona que desconoce la patrística y el lenguaje católico, se irá riéndose de el galimatías que le estamos intentado colar. ¿Qué podemos hacer? Indudablemente utilizar un lenguaje simbólico similar, pero inteligible dentro de su contexto vital. Si el mensaje ha sido transmitido con eficacia, entonces podremos establecer comunicación y al menos dialogar.
Lo que las personas llaman "jerga católica" es el conjunto de conceptos, analogías e imágenes verbales que resultan insustanciales para ellos. De ahí que sea necesario adaptar el lenguaje o metalenguaje :) , al receptor. Esto será necesario mientras no hayamos cualificado al receptor para entender "la jerga".
A lo mejor ya estamos mucho más cerca que hace un par de días de entendernos.
Sobre el texto y lo que comentas, discrepamos y esta si es una discrepancia sustancial. El libre albedrío anda por medio y ese conceptp sí está perfectamente definido y además ambos somos capaces de manejar el lenguaje para entendernos. La voluntad humana es independiente de Dios. Si no lo fuera, todo el edificio teológico católico se caería y nos acercaríamos a las teologías protestantes de la predestinación. Vade retro. Pero ese sería un tema para discutir en los otros blogs... te invito a hacerlo si lo deseas. Estaré encantado de dialogar contigo
Gracias por tener tanta paciencia de dialogar con este tozudo ingeniero :)
Un abrazo en Cristo ;)
Bueno, Miserere, me temo que la libre voluntad humana es incapaz de elegir y realizar bien salvífico alguno si no está movida por la Gracia.
ResponderEliminarLa Gracia mueve al ser humano a elegir libremente el bien. Pero sin Gracia, sólo con el libre arbitrio natural, la persona es incapaz de elegir y poner por obra bien saludable alguno.
Es la gracia la que la hace libre, precisamente. El ser humano es incapaz de convertirse sin el auxilio sobrenatural, por mucha libertad que tenga.
Respecto al tema de la entrada, parece que nos vamos entendiendo.
un abrazo
La voluntad humana no es independiente de Dios, Miserere. Necesita siempre del auxilio sobrenatural, bien del concurso divino universal, bien de la Gracia propiamente dicha.
ResponderEliminarEs el empuje sobrenatural el que hace verdaderamente libre al hombre, que depende totamente de Dios, incluso para ser libre.
Un abrazo
Fíjate qué claro lo dice la Escritura:
ResponderEliminarDice Cristo:
«sin Mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5).
Y el apóstol:
«Es Dios quien obra en vosotros el querer y el obrar según su beneplácito» (Flp 2,13).
Es un misterio, pero es así: el ser humano es libre para elegir a Dios, pero para poder elegirlo libremente, necesita absolutamente del empuje de la Gracia que mueva su voluntad. La solución está en que ese empuje de la Gracia es lo que hace libre al hombre y activa la voluntad librmente.
Sin Dios nada bueno podemos hacer
Y si somos libres, es por su auxilio divino.
Para hacer el mal, sin embargo, si tenemos una voluntad independiente de Dios. Pues el hombre, solo, con fuerzas naturales y sin ningún tipo de concurso divino, lo único que hace es el mal, y además libremente.
Gracias por el diálogo.
AMDG
En fin, disculpa que discuta esto aquí. Si lo deseas lo discutimos en otro blog más apropiado a los temas doctrinales.
ResponderEliminarEl tema de la voluntad humana es complicado. No me importa seguir con el diálogo aquí, pero creo que en el otro blog, el diálogo sería más productivo para quienes se acercaran a leerlo.
ResponderEliminarAdmito ayuda de Dios, en cuando a propiciar nuestra libertad, pero la llave de la puerta es nuestra. Esa libertad es el primer don que nos da Dios al nacer. Dios viene a nosotros primero y llama a la puerta. Después nos toca a nosotros abrir o no.
Sólo hay que leer como transcurre la anunciación. La Inmaculada Concepción da verdadera libertad a María, pero Dios espera el sí de su más preciada criatura. Dios nunca predispone, ni actúa sin su consentimiento. Sin su voluntad.
Claro que sin El no podemos nada. :) El nos dio la libertad... sin el libre albedrío que nos regala no podríamos elegir. Sin El, nos quedaríamos con nuestra voluntad, pero sin capacidad de llevar nada adelante.
Si elegimos a Dios, la libertad se amplía a cada paso que demos por medio de Su gracia. Pero la gracia no predispone, amplia la libertad y con ello nuestra capacidad de entendernos como herramientas de la voluntad de Dios.
El matiz es crucial, ya la predestinación es una opción que nos descarga de responsabilidad y predispone peligrosamente al quietismo. :) También es cierto que darle autonomía a nuestra voluntad predispone al pelagianismo. Nos encontramos con la divina proporción. La justa medida que sólo Dios dispone de ella. Nosotros sólo podemos acercarnos a ella. Esto forma parte de nuestra naturaleza.
Ya he tenido este diálogo otras veces y si Dios no lo remedia, quedaremos a micras de distancia, pero no convergeremos al 100%. Meditando sobre el asunto creo que se debe al carisma y entendimiento de cada persona.
Aunque ambas posturas sean doctrinalmente correctas, solo Dios es capaz de disponer de la divina proporción en este grado de sutilezas. Es más que probable que lleguemos a aproximaciones con miles de decimales que difieren en último decimal que es necesario aproximar. :)
De nuevo gracias por la paciencia :)
En este tema debemos ser cautos para no caer en el error sutilísimo del semipelagianismo.
ResponderEliminarEs decir, el error es afirmar que el bien saludable que hacemos, en orden a nuestra salvación, viene en parte de Dios y en parte de la naturaleza humana. Este es el semipelagianismo.
Lo correcto es decir que todo bien procede de la Gracia de Dios,
que mueve a la voluntad, empujándola a que libremente lo elija y lo lleve a cabo con la fuerza divina, que fortalece la humana y la diviniza.
El ser humano lo que debe hacer es ser dúctil y obediente a la acción de la Gracia y hacer libremente las obras que la Gracia suscita en él, cueste lo que cueste.
Dios da el querer y el obrar, nosotros la obediencia hasta la muerte.
Pero sin la Gracia no hay nada saludable que el ser humano sea capaz de hacer.
Bueno, dejo el debate para Misterio cristiano, es más apropiado para este tipo de custiones, como bien dices.
un abrazo muy fuerte
Posiblemente gracia de Dios y voluntad humana sean simultáneas, aunque nuestra comprensión necesite anteponer una a la otra.
ResponderEliminarSería similar al problema que se le plantearía a un ser bidimensional que no comprendería que en las mismas cordenadas x-y pudieran convivir dos seres diferentes.
Nosotros, seres tridimensionales somos capaces de comprender que existe una dimensión Z que soluciona la aparente e incomprensible paradoja bidimensional.
Tal como dices, es un misterio. Sólo podemos aproximarnos con mucha humildad y sabiendo que excede a nuestra capacidad de entendimiento.
Re saludos en Cristo a ti y a tu familia. :)
Curioso lo que dices del ser tridimensional :)
ResponderEliminarEl Magisterio ha definido claramente lo que ocurre en este misterio,
y es que la Gracia precede siempre todo acto bueno de forma que habilita a la vez la libertad humana.
El Magisterio de la Iglesia lo dice de forma precisa e impresionante.
«Dios obra sobre el libre albedrío en los corazones de los hombres, de tal modo que el santo pensamiento, la buena decisión y todo movimiento de buena voluntad procede de Dios,
""pues por Él podemos algún bien, y “sin Él no podemos nada” (Jn 15,5)» (cap. 6).
""Por tanto, «confesamos a Dios por autor de todos los buenos efectos y obras y de todos los esfuerzos y virtudes por los que, desde el inicio de la fe, se tiende a Dios, y no dudamos que todos los merecimientos del hombre son prevenidos por la gracia de Aquel por quien sucede que empecemos tanto a querer como a hacer algún bien (cf. Flp 2,13).
""Ahora bien, por este auxilio y don de Dios no se quita el libre albedrío, sino que se libera… [Y así Dios] obra, efectivamente, en nosotros que lo que Él quiere, nosotros lo queramos y hagamos, y no consiente que se quede ocioso en nosotros lo que nos dió [la voluntad libre] para ser ejercitado, y no para ser descuidado, de modo que seamos también nosotros cooperadores de la gracia de Dios» (cap. 9). (Denzinger, 238-249)
Caramba, llevamos ya más de cincuenta comentarios!!
ResponderEliminarY la sublime Liturgia de la Iglesia así lo celebra en el tiempo ordinario:
ResponderEliminar""colectas de los domingos del tiempo ordinario:
""Señor, danos «luz para conocer tu voluntad y la fuerza necesaria para cumplirla».
"" «Oh Dios, fuente de todo bien, concédenos, inspirados por ti, pensar lo que es recto y cumplirlo con tu ayuda».
«Señor, que tu gracia continuamente nos preceda y acompañe, de manera que estemos dispuestos a obrar siempre el bien».
«Aparta de nosotros todos los males, para que bien dispuesto nuestro cuerpo y nuestro espíritu, podamos libremente cumplir tu voluntad».
«Mueve, Señor, los corazones de tus hijos, para que correspondiendo generosamente a tu gracia, reciban con mayor abundancia la ayuda de tu bondad»…
Dios te bendiga a ti y a tu familia en la paz del Señor, y gloria a Dios por estos diálogos en su Nombre
Comparto al 100% el magisterio y mi entendimiento no contradice la lex orandi. La gracia precede a todo acto bueno... pero ¿de qué manera? ¿predisponiendo o dando más libertad?
ResponderEliminar"Estar dispuesto" ¿Es predisposición o mayor libertad volitiva?
Como te digo, el matiz es sutil y no tiene termino medio en nuestro entendimiento. Tan solo la simultaneidad sería la que saldara el asunto.
Ambas caras tiene su peligro. Como ya hemos dicho: quietismo y pelagianismo. Pero en ambos casos hay algo común: dejar de lado uno de los dos elementos imprescindibles: la voluntad de Dios y la humana... que deben se coincidentes.
Cierto más de 50 mensajes, lo que indica que es interesante el tema :))))
Respecto al tema de esta entrada, he leído las premisas que escribes y estoy de acuerdo con ellas.
ResponderEliminarTal vez no te entendendí, o tu entrada original me pareció muy "radical", o la malentendí.
Pero creo que estos más de cincuenta comentarios me han ayudado mucho a clarificarme y clarificar esta cuestión.
Además, al leer tu entrada sobre la voluntad de Dios he comprendido que tienes tan dentro el lenguaje bíblico y tradicional y lo amas tanto que jamás lo vas a abandonar en tu apostolado.
Un abrazo
Estimado Alonso :)
ResponderEliminarLa torre de Babel está presente en nosotros continuamente. Sólo el Espíritu nos puede ayudar a entendernos más allá de las palabras y conceptos que manejamos.
Dentro de la Iglesia tenemos un serio problema de comunicación y es normal que ni el que explica lo haga bien, ni el que escucha entienda bien. Nuestra naturaleza es así
También nos falta la caridad, humildad y templanza necesaria para sentarnos a dialogar y desentrañar a quien tenemos delante. Este maravilloso diálogo que hemos tenido es una gracia de Dios. Normalmente saltan chispas cuando encontramos algo que no nos parece adecuado en lo que dice quien tenemos delante.
Siento que dialogando nos entendemos y sobre todo aprendemos de quien tenemos delante muchísimo. Yo he aprendido mucho dialogando contigo, ya que he dado abierto un canal de entendimiento que antes no conocía. Ahora tengo elementos para acometer un diálogo similar con otras personas.
Gracias, mil gracias de Corazón.
Dios me dé la gracia de no alejarme un milímetro de su Palabra y si es posible, acercarme más cada día.
Un abrazo :)
Creo que estás en lo cierto, Néstor, y comparto contigo este criterio. Se trata de decir lo que dijo JESÚS, es decir, lo que dicen las Sagradas Escrituras, pero sabiendo a quienes va dirigidas.
ResponderEliminarAsí, trataremos de adaptar nuestro lenguaje, no la Verdad contenida en las Sagradas Escrituras, de forma que quien nos escucha nos entienda.
No es lo mismo hablar a alguien bautizado y que haya vivido en un entorno católico, que a alguien que no está bautizado y no sabe de que le hablamos. En ese sentido debemos prepararnos.
Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
He leído varios comentarios y el contenido sobre lo que se habla. Sin intención de participar, y con el permiso de ustedes, ¿vale esto de ejemplo?, porque a ustedes les extrañaría, y quizás les resulta algo extraño, es ta forma de hablar.
ResponderEliminarLo normal que ustedes esperan oír sería: "y con vuestro permiso..." ¿no?. Vemos, pues, una forma diferente de decir las cosas, pero que dice lo mismo. Sin embargo, pudiera darse el caso que otra persona, de otra lengua o cultura, no lo pueda entender, porque ella habla solo castellano y poco.
El ejemplo no es el adecuado, pero puede ayudar. Creo que esto es lo que defiende Néstor, y al margen de todo lo demás, nos empeñamos en razonar y razonar y eso creo que es malo, porque al ESPÍRITU no se le podrá entender y ÉL hará lo que se necesite para ayudarnos a entendernos. Nosotros pongamos nuestro humilde esfuerzo y ÉL hará lo demás.
Hay un vídeo que he aprovechado para hacer una reflexión que quizás, al menos a mí me ha servido, nos puede ayudar, es este:
http://salvadormisvivenciaseinquietudes.blogspot.com/2012/01/mucho-cuidado-la-broncemia-me-puede.html
Un abrazo.