Cuidar la comunicación en las redes sociales


La comunicación es un hecho bidireccional, aunque sea un poco difícil de entender para los periodistas, que están acostumbrados a entenderse únicamente como fuente de información. Para evangelizar hay que dialogar y para ello es necesario intercambio de conocimiento, afectividad y voluntad. El evangelizador no es una agencia de noticias ni un programa de TV, es una persona que escucha más que habla, que acepta más que da. En una sociedad llena de ruido mediático, lo innovador es escuchar.

Por ello es necesario un esfuerzo para entender a quienes toman contacto con nosotros. En las redes sociales podemos encontrarnos con más de mil amigos, de los cuales una mínima parte reciben lo que comunicamos. Las razones pueden ser diversas: hay dejado de utilizar la red social, prefieren estar en una posición puramente receptiva, lo que publicamos es marginalmente de su interés. Hay quienes interactúan con asiduidad, lo que les señala como nodos activos de nuestra tarea evangelizadora. Cuidemos a estas personas dándole cancha en nuestra red. Compartamos lo que ellos nos envían ya que se darán cuenta rápidamente que les escuchamos y valoramos.

Cuidemos le lenguaje, en cuanto a que es fundamental para que la comunicación se establezca y la interacción permanezca. Hablar en términos teológicos a una persona que a dura penas entiende los conceptos más elementales, puede llevarnos a alejarnos rápidamente de él. Por otra parte, hablar en términos imprecisos a quien tienen suficiente capacidad para utilizar conceptos complejos, nos lleva a crear malentendidos. ¿Qué lenguaje utilizar cuando se tiene una personas muy diferentes entre nuestras amistades? Podemos utilizar un lenguaje intermedio y predisponernos a dar explicaciones cada vez que nos las pidan.

El contexto de la conversación importa. No es lo mismo dialogar en "abierto" que en "privado". Cuando dialogamos de forma pública, lo que transmitamos será recibido por muchas personas, además de la interesada. Por ello es interesante ir haciendo resúmenes que permitan entender por donde vamos, si la conversación es larga. Además, estos resúmenes nos permiten fijar las ideas que vamos desarrollando y los consensos logrados. En privado no es necesario tanto cuidado, pero aún así, no viene mal resumir lo hablado si la conversación se alarga.

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