La evangelización es siempre un proceso que se sustenta en la confianza. En las redes, de vez en cuando se acerca alguna persona a nosotros buscando meternos el dedo en el ojo o simplemente pidiendo respuestas a sus muchas dudas. El contacto puede ser más o menos agradable, pero lo que es imprescindible es saber dar tiempo sin urgir respuestas o cambio en el modo de entender de estas personas.
El testimonio del evangelizador y la receptividad del evangelizado imprescindibles. Sin confianza, no hay evangelización. No podemos coger el martillo apologético en empezar a dar martillazos a todo el que pasa cerca, ya que conseguiremos todo lo contrario que buscamos.
El testimonio del evangelizador y la receptividad del evangelizado imprescindibles. Sin confianza, no hay evangelización. No podemos coger el martillo apologético en empezar a dar martillazos a todo el que pasa cerca, ya que conseguiremos todo lo contrario que buscamos.
En la red sucede igual. Mejor dejar que nos pregunten a estar continuamente metiendo el ojo en el dedo. En las redes sociales que nos lo permitan, es interesante crear diversos perfiles de usuario para filtrar lo que les enviamos. Un ejemplo para facebook o Google +, si tenemos a una serie de personas predispuestas a enfrentarse con nosotros, podemos crear un perfil o círculo llamado “cuidado” que las contenga. Cuando publiquemos cuestiones que pueden ser desagradables, indiquemos que no se envíen notificaciones a estas personas y únicamente cuando publiquemos algo que se ajuste a su perfil, las incluimos.
Si nos tomamos en serio la labor evangelizadora en la red y tenemos bastantes personas en proceso de evangelización, no está de más elaborar una estrategia de publicación que se ajuste a cada uno de los perfiles de evangelización que podamos tener. En facebook es posible crear grupos donde los podemos incluir y centrar la estrategia comunicativa de forma coherente en ellos. De todas formar nunca está de más mantener un contacto más cercano e individualizado con cada uno de ellos.
Si el canal de comunicación se enfría y no ha respuesta, puede ser interesante dar toques afectuosos y cercanos que propicien que se vuelvan a interesar en dialogar con nosotros. Incluirles en una publicación sencilla y cercana es una buena idea. Por ejemplo una foto con una frase humanizadora. Si vemos que no da resultado, publicar en su muro es una forma fácil de retomar el contacto. Puede ser que esta persona no nos permita publicar en su muro, pero sí podemos comentar cualquier publicación que aparezca en su muro.
Con el tiempo nos daremos cuenta que quien busca encuentra si tiene suficiente paciencia y a veces, como por milagro, una persona decide dar el paso y acercarse a la Iglesia. Los tiempos son cosa de Dios y la persona en cuestión. Nosotros sólo podemos propiciar el encuentro entre Dios y ellas, actuando como un anfitrión atento. No dejemos de orar por estas personas.
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