Una breve reflexión. Hoy leía una entrada del estupendo blog del P. Javier Sánchez Martínez Corazón eucarístico de Jesús. El Sagrario del que entresaco estos párrafos.
“La Iglesia anuncia una esperanza nueva y definida, y lo hace llena de amor y estima por los hombres. Así los mira. Así los ve. Deberá anunciar la conversión y el perdón de los pecados, incluso ser una instancia crítica, la voz de la conciencia para la sociedad, sin mundanizarse ni aceptar acríticamente cuanto le viene del mundo y se quiera infiltrar en ella.
Pero mira a los hombres y al mundo con amor para comunicarles la Vida sobrenatural. Y flaco favor haremos si el lenguaje es constantemente un lenguaje de condena y de recelo, de reprimenda y de castigo en nombre de una falsa fidelidad.”
Es cierto que muchas veces escuchamos la voz de la Iglesia como una continuo de condenas y recelos. Sobre todo si nos conectamos a determinados medios que filtran los mensajes eclesiales de manera que se creen prejuicios o se aumenten los ya creados. Para ellos existe una especie de pugna que deben ganar desenmascarando a la Iglesia.
La Iglesia utiliza un único canal de comunicación para llegar a muchas personas. Básicamente se utiliza el canal de los medios de comunicación de masas. Los libros o revistas especializadas no tienen un impacto suficiente para servir de canales alternativos. Las películas o la música no son todavía, canales de verdadero impacto social. Lo cierto es que a los medios de comunicación de masa llegan mensajes de esperanza y amor que se silencian y mensajes críticos con la sociedad, que se sesgan y se amplifican convenientemente tratados.
¿Qué alternativa tenemos? Las redes sociales y blogs. La presencia de la Iglesia en las redes es imprescindible por varias razones:
® Porque en la redes sociales la información se lleva directamente al receptor
® Porque se demuestra que la Iglesia no es un ente abstracto, sino que la conformamos cada uno de nosotros.
® Porque nos hacemos conscientes de la misión de llevar el mensaje de Cristo a todo aquel que quiera escucharnos.
® Porque aprendemos a ayudarnos y apoyarnos los unos a los otros.
Pero ojo, como indica el P. Javier, no llenemos el canal de comunicación con condenas y recelos. Alegría, cercanía y afecto deben conformar la base de nuestro mensaje. La Iglesia tiene un mensaje de esperanza. Aprendamos a llevarlo a los demás.
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