Mi entrada de hoy va a ser breve: La misión que tenemos en la red no se debe basar tanto en crear estructuras como en el contagio.
¿Son malas las estructuras? No. En muchos casos son necesarias, pero no deben ser las protagonistas de la acción de la Iglesia, ya que la acción la debemos realizar cada uno de nosotros individualmente. Los santos no fueron estructuras, sino personas que cumplieron su misión. Esperar que las estructuras sean las protagonistas, es un sutil engaño del enemigo, ya que acalla las conciencias y nos hace desentendernos de nuestra responsabilidad.
¿Contagio? El contagio es un mecanismo natural que se da en muchos órdenes de naturaleza. Podemos pensar en contagios dañinos, como en el caso de las enfermedades, pero también se contagia la risa o la alegría. El contagio conlleva una serie de fases: contacto, sorpresa, asimilación y cambio interior. Necesita de un agente contagiante (nosotros) y un elemento de contagio (la Buena Noticia).
El contagio se realiza de manera natural. Dejemos que se produzca en nosotros para poder contagiar a otras personas. ¿En Internet? Sí, el contagio no tiene limitaciones en distancia o tiempo. Un comentario, un video, una imagen que compartamos en las redes sociales, puede cambiar la vida de muchas personas. ¿A qué esperamos?
Hay que romper las estructuras de pecado, sobre todo personales, para construier amor de Dios.
ResponderEliminarMe lo aplico.
Gracias!!
DTB!!
¡Genial el post y el vídeo! ¡Gracias por compartirlo!
ResponderEliminarToda celebración eclesiástica tiene que ser re-pensada para la nueva evangelización. Y siempre preguntarse: ¿Esto es hecho con el espíritu de la nueva evangelización? O para quedar bien con el protocolo...
ResponderEliminarGracias María, A quien nos iremos y Juan Carlos.
ResponderEliminarLa Nueva Evangelización es un frente amplio y complejo, pero sea cual sea el ámbito donde nos movamos, el contagio es imprescindible.
Un abrazo en el Señor :)