Después de unas reparadoras y atareadas vacaciones vuelvo a la carga con el concepto y características de la comunidad católica virtual.
Vamos ver ¿Por qué una comunidad virtual si tenemos la posibilidad de vernos de forma presencial?
Muchos católicos actuales tenemos serias dificultades para integrarnos en grupos o comunidades presenciales. El ritmo de vida actual no propicia el acercamiento personal ni la integración humana, lo que hace incluso complicado desarrollar amistades. Además, los horarios de trabajo, las responsabilidades en el hogar y familiares, suelen dejar poco margen para poder formar parte de grupos presenciales en los que compartir nuestra Fe, formarse y participar en la vida eclesial.
¿Qué hacer entonces? Muchos se resignan a una vivencia superficial e intermitente que a la larga va desgastando su relación con la Iglesia, como comunidad viva. En el mejor de los casos, esto desemboca en una vivencia de la Fe restringida a la asistencia a la misa dominical. En el peor, la total desafección de la Fe. La Fe necesita vivirse en comunidad-
Evidentemente, lo ideal sería integrarse en un grupo presencial de sensibilidad y carisma compatibles, pero este ideal no es nada sencillo de llevar a la realidad. La mayoría de los grupos presenciales suelen tener rasgos marcados por los carismas que los han inspirado y estos carismas no siempre se ajustan a la sensibilidad de las personas que desean integrarse. En muchos casos se llegan a producir tensiones, rechazos y con ello, un mayor alejamiento de la Iglesia.
Entonces, ¿Cómo mantener el contacto comunitario sin dejar de lado las restricciones de la vida actual? La tecnología nos brinda una herramienta interesante: las comunidades virtuales
Las comunidades virtuales nos ofrecen la oportunidad de acercarnos unos a otros a través de los medios tecnológicos que fundamentan la vivencia social moderna. Podemos pensar en la comunidad virtual como una oportunidad que se nos ofrece para que la utilicemos.
¿Que ventajas y oportunidades nos ofrecen las comunidades virtuales?:
En las comunidades virtuales no tenemos restricciones de horarios y distancias. Podemos congregar a personas distantes cientos de miles de kilómetros sin dificultad alguna. Podemos encontrar otras personas afines dónde antes no podíamos pensarlo.
Las comunidades virtuales pueden ayudar a acercar a personas alejadas, ya que permiten adecuar el contacto y la disponibilidad a las circunstancias personales de cada uno. También sirven de primer paso para conformar comunidades presenciales o semipresenciales.
Pero no todo son ventajas y oportunidades. También existen riesgos. Quizás el principal riesgo sea el adormecimiento del compromiso y de la conciencia eclesial. Una comunidad virtual no puede sustituir la vida sacramental ni la necesaria vivencia parroquial.
En lo próximas entradas seguiré analizando las comunidades virtuales e intentado acercarlas a lo que podría ser el modelo de comunidad virtual católica.
Preguntas subyacentes:¿El ser humano debe adaptarse a las circunstancias vitales o son las circunstancias vitales las que deben adecuarse al ser humano?¿Hasta que punto somos dueños de decidir cómo vivimos? ¿Debemos adecuar nuestro carisma personal a los carismas de los demás o debemos buscar personas con carismas similares al nuestro? ¿La tecnología debe integrarse en el modo en que la Iglesia está presente en el mundo?¿O debemos adecuar el mundo a la presencia de la Iglesia?
Pensé que te daría gusto ver esto:
ResponderEliminarhttp://homeschoolingcatolico.blogspot.com/2011/08/personajes-de-mexico.html?showComment=1314494326558#c6125369519164916844
Busca en la parte izquierda de la página... un saludo
Muchísimas gracias Xhonane. Visito la dirección y le dejo un mensaje de agradecimiento, :)
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