Las comisiones episcopales de medios de comunicación de España y Portugal culminaron un encuentro en Málaga donde señalaron que Internet es parte de la cultura actual y la Iglesia debe utilizarla para evangelizar.
En declaraciones a la agencia EFE, el presidente de la comisión del Episcopado español, Mons. Joan Piris, señaló que las nuevas tecnologías son una oportunidad para desempeñar la labor pastoral y que la Iglesia “no puede quedarse al margen”.
El también Obispo de Lleida dijo que por ello los sacerdotes deben prepararse adecuadamente para cumplir con su misión de “buenos comunicadores”. "Se trata de despertar interés y al mismo tiempo ser entendidos", explicó.
Con respecto a las redes sociales, Mons. Piris indicó que “hay que saberlas utilizar para no estar esclavos” de la red. Añadió que la presencia de los obispos en estos nuevos escenarios no debe permitir que descuiden la atención personal de los fieles.
En ese sentido, advirtió que los espacios virtuales no pueden sustituir a la comunicación personal directa ni a la experiencia de comunidad en sentido religioso, aunque sí complementarlas y ayudar a determinadas personas a "superar las soledades".
Por su parte, el presidente de la Comisión Episcopal de Cultura, Bienes Culturales y Comunicación Social de Portugal, Mons. Manuel Clemente, coincidió en señalar que los medios no son sólo un instrumento, sino la cultura actual.
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Es evidente que nuestros sacerdotes deben prepararse para comunicarse bien en internet. Todavía hay recelos a entrar en este mundo virtual por parte de muchos sacerdotes. Los recelos parten de razones sólidas: la esclavitud de la inmediatez, la superficialidad, la necesidad de manejar técnicas y métodos que les son desconocidos y un tipo de interactividad que es nueva para la mayoría de ellos.
El mismo Papa les animó a abrir un blog y presentarse a la sociedad virtual sin complejos. Pero aunque es necesaria cierta valentía para entrar en este mundo, después de unos meses se darán cuenta que muchos de sus temores, aunque ciertos, no representan impedimentos reales para compartir, dialogar, hacer Iglesia, enseñar y aprender en la red. Cierto es que hay que saber controlarse y ser capaz de controlar/gestionar las herramientas que más tiempo consumen.
Comparto algunos ejemplos y consejos:
- El chat es un agujero negro donde desaparece el tiempo. Se entra a conversar y cuando uno se da cuenta, han pasado horas sin llegar a nada concreto o trascendente. Solo puede ser útil fija una cita para charlar con alguien de un asunto concreto y se fija el tiempo disponible. De otra manera, es mejor no utilizarlo.
- Los correos electrónicos es otro elemento que consume más tiempo de lo que parece. Hay que seleccionar qué correos se borran sin abrirlos: publicidad, mensajes recurrentes, envíos masivos, remitentes ofensivos, etc... deben pasar a la papelera sin el menor sentimiento de culpa. Los correos que se abren, deben ser contestados en el mismo momento, siempre que sea posible... ya que si se dejan para otro momento, se amontonan y terminan quitando más tiempo.
- Las redes sociales son herramientas maravillosas, siempre que se planifique el tiempo diario que se va a utilizar para leer lo que publican los amigos y para para colaborar activamente. Si comentamos las actividades/acontecimientos que nos proponen nuestros amigos,... cuanto más corto sea el comentario, mejor. Si es necesario profundizar más... tenemos los mensajes personales o el correo electrónico. Coleccionar amigos está bien, pero lo responsable es clasificarlos y determinar el acceso de cada uno a lo que publicamos. Los grupos internos de las redes sociales, son otro pozo sin fondo donde tirar el tiempo. Mejor 4 grupos de 20 y mejor 5 que 100. Hay que elegirlos pensando en participar activamente en ellos. ¿Para qué pertenecer a miles de grupos en los que nunca aparecemos?
- Foros. No participar en más de dos foros y mejor no enredarnos en ninguno si no nos interesa de verdad. De todas formas los foros, bien entendidos, son poderosas herramientas de planificación y coordinación... pero frecuentemente se utilizan como sustitutos avanzados del chat.
- Blogs y páginas web... unos poquitos y dedicar un par de ratos a la semana para leer los que realmente nos interesan.
- Los portales de información... se tratan como los diarios tradicionales. Una vista rápida y selección de lo interesante.
- Sobre las relaciones personales en internet, hay que tener cuidado. Toda relación negativa debe ser cortada para que no nos ate y nos traiga más problemas de la cuenta. Las relaciones insustanciales... mejor dejarlas marchitar y que desaparezcan por si mismas. Las relaciones que posibilitan el crecimiento y el aprendizaje mutuo o cooperativo, son las que hay que fomentar y cuidar.
- No es mala idea contar con un pequeño equipo de laicos que se encargue de desarrollar los proyectos virtuales que interesen. Este tipo de proyectos: web parroquial, foros, redes sociales, consumen mucho tiempo antes de empezar a dar frutos... que darlos los dan a su tiempo.
En resumen. Animo a nuestros sacerdotes a que se internen en este mundo virtual... pero cuidando con no quedarse pegados a la red... que puede ser adictiva.
Seguro que tiene algún comentario que dejar... no dude en hacerlo.
amigo Miserere:
ResponderEliminarMuchísimas de sus recomendaciones ya las practico, con lo cual me quedo tranquilo.
Pero hay un elemento que parece ser ignorado: las celotipias. El Papa invita a lanzarse a la red, tener un blog en condiciones puede ser método pastoral clarísimo... Pero hay que contar con las envidias de compañeros sacerdotes y hay que contar con el provincianismo de quienes se burlan de este trabajo en la red como si restase tiempo al ministerio sacerdotal.
En fin, intrincados y complicados que somos los seres humanos que además somos sacerdotes...
Gracias por dejar su comentario D. Javier :)
ResponderEliminarCreía que los celos, recelos y envidias larvadas solo aparecían en el ámbito docente universitario :D ... Es broma.
La condición humana nos persigue donde vamos y ningún ámbito se libra de ello. Aunque me resulte triste es constatar que también entre compañeros sacerdotes se dan estos comportamientos.
Tenemos que orar a Dios por estas personas. Sin duda lo necesitan y solo nosotros lo podemos hacer. Dios les ayude y les ilumine.
Dios le bendiga D. Javier :)